De acuerdo a una medición realizada por la Oficina Central de Estadísticas, al inicio de Rosh Hashaná de 5768 Israel contaba con una población estimada en 7.2 millones de personas.
Esa cifra es extrapolada del cálculo realizado a finales de 2006 en el cual la población se estimaba en 7.116.700 personas. De ellos, 5.393.400 eran judíos (75.8%) y 1.413.300 (19.9%) árabes. El resto, que figura como “otros”, estaría compuesto por inmigrantes no judíos que arribaron a Israel según la Ley del Retorno.
La población de Israel subió en un promedio de 1.8%, similar al de los últimos años. Y según el informe de la Oficina de Estadísticas, eso implica haber retrocedido a los niveles de los años ’80, en los cuales las cifras de inmigración eran las más bajas. Durante los años ´90, en los que hubo una fuerte corriente inmigratoria proveniente de la ex URSS, las tasas de crecimiento anual alcanzaron el 3%.
La población de Israel es relativamente joven comparada con los países occidentales. En 2006, los niños menores de 14 años componían el 28% de la población, en comparación con el 17% de los países occidentales. El 10% de los israelíes tienen 65 años o más, mientras que en occidente el 15% está entre esas edades.
En los últimos años subió moderadamente en Israel el número de personas mayores de 75 años, especialmente entre los judíos -5.6% en 2006, comparado con un 3.8% de 15 años atrás.
Hay 977 hombres por cada 1000 mujeres, aunque hasta los 35 años hay más hombres que mujeres. Este número va descendiendo al subir la edad, por lo cual a la edad de 75 años hay 673 hombres cada 1000 mujeres.
El número total de los nacimientos aumentó entre los israelíes, alcanzando la cifra de 3.7 millones. A finales de 2006, se registró un 66% de nacimientos de judíos israelíes, mientras que en tiempos de la creación del Estado esa cifra era del 35%.
Más de la mitad de la población judía de Israel está concentrada a lo largo de las ciudades costeras; un 20.9% vive en Tel Aviv.
La expectativa de vida en 2006 era de 78.5 para los hombres y 82.2 para las mujeres. La tasa de mortalidad infantil continuó descendiendo, ubicándose en 2.9 por mil entre los judíos, y en 6.7 por mil entre los árabes.
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