Dos titulares me llamaron la atención días pasados. Al principio pensé que mis ojos me estaban jugando una mala pasada, pero entonces seguí leyendo. Me aseguré de que mi vista estuviera afinada. Ambos artículos se centraban en la convención bienal de la Unión por el Judaísmo Reformista que tuvo lugar recientemente en San Diego.
El primer titular decía: “Líder reformista adopta estrecha observancia del Shabat”.
¿Era posible que después de 150 años de realizar el servicio más importante del Shabat en viernes por la noche para que se acomodaran los judíos que trabajaban en Shabat, el movimiento Reformista estuviera volviendo a la tradición? Un informe reciente realizado en Tallahssee, Florida, sobre más de 12.000 judíos reformistas mostró que el 46% evitan realizar transacciones con dinero en Shabat y que el 39% trata de que ese sea un día especial. Suena bastante bien. Pero el rabino Eric Yoffie, líder del movimiento, aclaró abundantemente que no se trataba de que el Movimiento Reformista estuviera pensando exactamente en la observancia del Shabat de la Torá.
“Los judíos reformistas están considerando al Shabat porque ellos necesitan Shabat”, dijo. “En nuestra cultura actual, los límites entre el tiempo de trabajo y el de descanso se eliminaron por completo, y los resultados son devastadores. ¿Queremos acaso vivir en un mundo en el que cocinemos todo en un microondas?”
En otras palabras, no se trata de que ellos quieran guardar el Shabat porque Hashem nos lo ordenó. No se trata de que ellos deseen enterarse de que Hashem deescanso cuando creó al mundo. Sólo se trata de una cuestión de prudencia. Ellos necesitan tiempo para relajarse. Uno se pregunta, entonces, ¿por qué descansar en Shabat en lugar de hacerlo el doming? Si piensa que exagero, siga leyendo.
Yoffie continúa diciendo: “La observancia del Shabat, según yo lo veo, no implica ninguna clase de neo-frumkeit o una interminable lista de prohibiciones del Shabat. Ellos significará acercarse al Shabat con la creatividad que siempre ha distinguido al Judaísmo Reformista. Ello significará enfatizar el encendido de las velas del Shabat y el rezar el Kidush, descansar y estudiar, rezar y estar en comunidad”. Eso es una suerte de medio Shabat, el zajor sin el shamor.
Luego observé un segundo artículo en otra publicación que hablaba de otro tema discutido en esa convención. Nuevamente pensé que no estaba viendo correctamente cuando leí “La Reforma está intentando separar los géneros en un esfuerzo por evitar la tentación en los hombres”. ¿Estaba el Movimiento reformista realmente tratando de volver a la halajá al separar a los géneros durante los rezos? ¿Se habían dado cuenta acaso de que mientras se reza en un lugar sagrado ese aislamiento era necesario? No exactamente.
Es debido a la escasa participación de los hombres en las actividades del movimiento que ellos están tratando de hacer algo para llamar la atención. La brecha entre los géneros en la vida judía, dicen ellos, ha crecido con el tiempo. Numerosos estudios revelan que más mujeres que varones participan en grupos de jóvenes judíos. Ellos incluso observan lo que pasa en organizaciones tipo Boy Scouts para tomar ideas acerca de cómo acercar más hombres a su causa.
Las mujeres son más activas en sinagogas, centros comunitarios judíos y federaciones, y están mejor representadas que los hombres en todos los niveles, excepto en los más altos niveles del gobierno. Mientras la mayoría de los rabis reformistas son hombres, la corriente que proviene de universidades hebreas es, en sus tres cuarta parte femenina. Algunos consideran a este aumento en la participación de las mujeres una “feminización del Judaísmo”. Pero lo dicen por temor a un retroceso.
El aumento de la brecha entre los géneros vuelve imperativo el focalizarse en la participación masculina.
Sin embargo hay quienes se resisten a esta “novel” innovación. Es un tema muy sensible, dado que ellos deberán traer de nuevo a los hombres sin disolver los logros alcanzados por las mujeres. Doug Barden, director ejecutivo del sector masculino del Judaísmo Reformista, dice: “Nosotros debemos revisar la desafiliación de los hombres sin volver 30 años atrás el reloj de la igualdad”. Algunos dicen que los logros de las mujeres son demasiado frágiles para ser tomados en cuenta y que no hay necesidad de sentir compasión por los hombres, el género que ha controlado al Judaísmo por miles de años.
Mi primera reacción ante estos informes sobre la convención fue de tremendo disgusto. Yo tenía ganas de gritar “Hola!! ¿Acaso ninguno de ustedes se da cuenta de lo ridículos que son los temas que tratan? ¿No pueden ver que se están metiendo en un callejón sin salida? Creo que no. ¿Cómo pueden llegar a verlo si vuestros ciegos líderes son los que dirigen la ceguera?.
¿No les da vergüenza declarar abiertamente que el sagrado Shabat que Hashem nos dio como un regalo no es suficientemente bueno para ustedes? Este es el Shabat por el que nuestros antepasados estuvieron dispuestos a dar la vida y ustedes pueden decir todas esas banalidades del mismo. Vuestro movimiento es hemorrágico; vuestras suntuosas sinagogas están vacías por la falta de interés. Ustedes deberían estar invirtiendo en una auténtica educación judía en vez de observar a las formas artificiales de los Boy Scouts para acercar gente. Pero en su lugar, ustedes están demasiado ocupados con la pequeñez de la igualdad de las mujeres como para pensar en profundidad y llegar al centro de los problemas.
Cuando hace algunos años atrás, Agudat Ha Rabanim declaró que vuestra religión no es el Judaísmo, ustedes se sintieron ofendidos, se ofuscaron y los acusaron de querer robarles su linaje judío y llamarlos goyim.
Hay quienes preguntan por qué el judaísmo norteamericano no salvó a sus hermanos en Europa durante la Segunda Guerra Mundial. Nosotros deberíamos preguntarles a ustedes lo mismo: ¿qué hicieron ustedes para salvar a sus hermanos del holocausto espiritual que trajo el movimiento reformista y otros similares?
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