Después de la segunda guerra mundial, Alemania ofreció pagar los daños y perjuicios a las víctimas del régimen Nazi. Este ofrecimiento fue recibido en Israel con un gran debate. De hecho, la controversia fue tan grande que realmente hubo especulaciones en los medios israelíes de que la aceptación de ese pago causaría una guerra civil.
Cuando el Primer Ministro Ben Gurión finalmente estuvo de acuerdo en aceptar el pago por los daños causados, hubo una gran marcha hacia la Kneset que resultó en un apedreamiento al edificio de la Kneset.
A pesar de que la paz y el orden fue eventualmente restaurado, quedó claro que para muchos israelíes en ese tiempo, era algo despreciable pensar en aceptar cualquier "dinero sangriento".
Un fenómeno similar lo encontramos en la parashá de esta semana, Bo. El pueblo judío estaba siendo guiado hacia la libertad, pero antes de partir, D'os le dice a Moshé que aliente a cada judío para que tome de su vecino egipcio vasijas de plata y de oro (11:2).
Hay dos temas intrigantes en este versículo: Primero, puesto que los judíos iban a viajar a través del desierto, ¿para qué necesitaban plata y oro? Segundo, ¿por qué los judíos tuvieron que ser "alentados" para tomar esas vasijas?
En respuesta a la primer pregunta, Rashí explica que una promesa había sido hecha siglos atrás a nuestro patriarca Abraham: después de que sus descendientes iban a sufrir años de esclavitud en Egipto, ellos serían liberados y en el proceso, ellos desposeerían a ese reinado de la mayoría de sus riquezas.
Un fascinante Midrash describe por qué fue justa esta acción. Miles de años más tarde, los egipcios llegaron ante Alejandro Magno y presentaron un reclamo en contra del pueblo judío, pidiendo ser recompensados por toda la riqueza que los israelitas se habían llevado de sus antepasados miles de años antes. En respuesta a este reclamo, Gueviá Ben Psesia, quien era el abogado defensor de los judíos, declaró que los israelitas no habían recibido ninguna clase de pago por todos los siglos que trabajaron como esclavos para Egipto. Entonces, la justicia pedía que el pueblo judío sea retribuido con alguna clase de pago - como una compensación por la explotación que ellos tuvieron que sufrir bajo las manos de los egipcios.
Pero esto nos despierta otra pregunta: si los judíos tenían un reclamo legítimo de la riqueza egipcia, entonces ¿por qué Moshé tuvo que alentarlos a que la tomen?
Una explicación es que los israelitas estaban tan ansiosos de escaparse de la miseria egipcia, que ellos no querían quedarse para recorrer los alrededores en función de llevarse las riquezas. Cuando una persona siente un gran dolor, su pensamiento está exclusivamente enfocado en poner fin a ese sufrimiento - y no en la adquisición de riquezas.
Más aún, los israelitas temían que una acción como esa provocase que los egipcios los persigan cuando ellos iban a salir fuera del reinado.
Oznaim laTorá, un comentarista contemporáneo, ofrece una explicación muy distinta. Como víctimas de dos siglos de horrores inexplicables, los judíos simplemente aborrecían cualquier contacto con algo egipcio.
Además, ellos no querían que la riqueza egipcia que tenían que tomar, sea vista como una clase de "retribución" por todo el sufrimiento que ellos habían pasado. Es así que Moshé tuvo que alentarlos a que tomen esos objetos, en función de cumplir con la promesa de D'os a Abraham.
Este rechazo a querer tomar cualquier dinero de manos de sus asesinos explotadores es un tema que fue trágicamente duplicado por los judíos en Europa unos tres milenios más tarde.
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