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Sorpresivamente el viernes 3 de enero comenzó a circular una versión en los lugares en los cuales se reúnen habitualmente dirigentes de los factores ideológicos que participan de la vida política de la AMIA.
La misma se refería a una carta que habría recibido el presidente de la institución, Luis Grynwald, enviada por los Grandes Rabinos del Estado de Israel, Rab Shlomo Amar y Rab. Iona Metzguer, en respuesta a una consulta que se les hiciera sobre el lugar donde instalar las parcelas destinadas a dar entierro a las personas convertidas al judaísmo sin seguir las normas establecidas por la Halajá.
Como informáramos en nuestra edición anterior la decisión de las autoridades de la AMIA de modificar el lugar elegido para esas parcelas generó que Iahadut Hatorah le informará al presidente Grynwald que retiraba su firma del acuerdo que en su momento se estableciera sobre este tema y sus representantes de socios no se hicieran presente en la sesión del Rat del 20 de diciembre.
De acuerdo a lo que LA VOZ JUDÍA pudo averiguar, pues no hubo información oficial por parte de la AMIA hasta el día viernes 3 de enero, por intermedio de esa carta los Grandes Rabinos del Estado de Israel le informaban al presidente de la AMIA dos cosas. La primera que el lugar en donde ellos pretendían realizar esos entierros no era correcto pues ya formaba parte del cementerio de La Tablada y por lo tanto ellos no lo aceptaban y le decían que debía volverse al lugar original. La segunda cuales eran las condiciones que debían separar ese lugar del cementerio, una pared de piedra construida especialmente de aproximadamente un metro de alto y desde allí una distancia de algo más de dos metros, por lo que lo explicado en el Rat de mitad del año pasado, de que la separación sería un “gader iarok (cerco de arbustos)” no es posible, excepto que se desee revestir la pared de piedra con arbustos.
Quienes nos confirmaron la existencia de la carta de los Grandes Rabinos del Estado de Israel, Rab Shlomo Amar y Rab. Iona Metzguer, se preguntaban es que puede ocurrir si la conducción de la AMIA no toma en cuenta lo que se le ha indicado.
De acuerdo a ciertos dirigentes el tema debe quedar en suspenso hasta que asuma la Comisión Directiva que sea elegida luego de las próximas elecciones, mientras que otros consideran que debe volverse al plan original y, lo antes posible, comenzar los trabajos que son necesarios.
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