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Entrevista exclusiva con el nieto del Rav Israel Abou’Jatsera (Baba Sali)
El rav David Abou’ Jatséra fue enviado a Naharía por su abuelo, rabbi Israel Abou’ Jatsera (“Baba Sali”) cuando esa ciudad era un verdadero desierto a nivel religioso. Con el tiempo, en ese tranquilo lugar (cuando no llueven las Katiushas del Hezbollá..), situado en el extremo Septentrional de Eretz Israel, él desarrolló numerosas instituciones de Torá: su escuela de Torá cuenta aproximadamente con1.500 alumnos y su Yeshiva Ketana, con aproximadamente 80 jóvenes. Actualmente, un importante proyecto de Yeshiva Guedolá introduciría un importante cambio sobre todas las instituciones deTorá en el Norte del país, donde se encuentran la Yeshiva de Kfar Hassidim, Nah’lath haLeviyim de Haifa, y la Yeshiva Ketana de Tibériades, que dependen de las instituciones “Or El’ Jannan” de Jerusalén. Rav Abou’ Jatsera también desarrolló doce Ganim para niños de familias practicantes, y un seminario para jóvenes muchachas.
Pero la obra de rabbi David no se limita a esto, sino que también brinda una importante ayuda a las familias carenciadas, y anima a los jóvenes a estudiar Torá, concediéndoles una subvención especial cuando lo solicitan. Y son muchos los que lo hacen... El rav se interesó recientemente en los Judíos encarcelados en las prisiones de su región; organiza y subvenciona numerosas acciones en favor de este público particular, y conduce a muchos de ellos hacia el camino de la Torá
Cuatro veces por semana, toda persona que lo desee puede recurrir a pedirle bendiciones o a obtener consejos. Y lo curioso es que provienen de todo el país, de Sur a Norte y de Este a Oeste, sin importar los medios de que disponen; y de todas las tendencias, religiosos o no, Sefaradíes, por supuesto, y también Jasídicos y alumnos de Yeshivot. ¡No falta nadie! Hasta numerosas personalidades del mundo político y el de los negocios...
Rabbi David, es nieto de Baba Sali e hijo de Baba Meir - quien residía en Ashdod – y es uno de los descendientes más famosos de esa digna familia que se remonta al Abir Yaacov (dicho sea de paso, la calle donde vive el rav, en Naharía lleva este nombre, señal de la importancia de la presencia de rabbi David a los ojos del municipio donde reside).
Pese a sus grandes responsabilidades el rav nos recibió con amabilidad y nos concedió algunos momentos para responder a nuestras preguntas.
P: ¿Hay lugar para invitar a los Judíos de Francia a hacer Aliá?
R: No se trata de incitar a que todos hagan Aliá, dado que ello depende de numerosos factores. A menudo vemos a la gente desesperarse y dejar el país, perdiendo la mitad de su fortuna... Además, la vida en el extranjero se basa en una comunidad, una familia, el interés de los unos hacia los otros. Aquí, la mayor parte del tiempo la gente se encuentra sola, en un aislamiento glaciar. El peligro es muy grande si pierden la confianza en ellos mismos y abandonan las adquisiciones religiosas que habían obtenido en el extranjero. Por lo tanto, corren el riesgo de dejar la práctica judía y dejarse llevar por la atmósfera ambiente, que es a veces muy distante de los preceptos religiosos.
P: ¿Los Séfaradíes no encuentran dificultades especiales?
R: ¡Todo lo que acabo de decir sólo se refiere a los Sefaradíes de nuestras comunidades judías de Francia, no a los Achkenazíes! Porque la mayoría del Ashkenazíes de nuestras regiones son Baalei Teshuvá. Se arrancaron del mundo al cual se aferraban hasta entonces y se forjaron una determinada identidad de la cual en raras ocasiones se apartan. En cambio, los Sefaradíes viven en sus comunidades, tienen sus cursos, sus contactos con el rabino, sus alegrías comunitarias, y funcionan con una sensibilidad que los sostiene. Cuando recién llegan aquí, son lanzados a un barrio donde nadie los conoce, y deben frecuentar una sinagoga donde nadie los mira, y corren peligro; es frente a esto que afirmamos que la Alía es una decisión que debe reflexionarse responsablemente.
“El retorno a nuestra tierra es una realidad innegable, basta con mirar el extraordinario movimiento de aproximación de D”s y Su Tora que constatamos todos los días.”
P: En este año de Shemitá se duda en cuanto a qué conducta debe seguirse. ¿Qué puede decir al respecto?
R: ¡Toda persona que esté al tanto de lo que se dice en el mundo de los rabbanim y Bené Tora no puede tener ninguna duda en cuanto a la conducta que se impone respecto a la Halajá!
P: El período que vivimos es inquietante. ¿Es posible hablar de un período mesiánico?
R: Sí, si hablamos del Mashíaj, pero no de “los mesías”... En realidad, la propia Torá nos da dos elementos que permiten definir el período premesiánico: habla de la vuelta hacia nuestra tierra, y del movimiento de reanudación de la práctica de Mitzvot después de un período de abandono y rechazo. ¿No somos nosotros mismos testigos de estos dos fenómenos actualmente? ¡La vuelta a nuestra tierra es una realidad innegable, y fíjese aquí, en torno nuestro, el extraordinario movimiento de aproximación de D”s y Su Tora que constatamos todos los días!
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