A lo largo de nuestras más de cuatrocientas ediciones siempre hemos dedicado gran atención a lo que ocurre en el ámbito de la educación judía, a la vez que venimos informando desde hace varios años que la AMIA no presta la debida atención a las instituciones educativas que aseguran la continuidad judía de sus alumnos.
Es común que en esta época del año, cuando las clases de las escuelas primarias y secundarias de la denominada “red escolar judía” han culminado, que comiencen a circular proyectos destinados a aumentar la matriculación para el período próximo.
También que comenzado el año escolar, se escuchen afirmaciones de que la cantidad de alumnos es mayor que la del año precedente y se de a conocer algún porcentaje sin la documentación respectiva que lo sustente, para que nada se diga en los meses subsiguientes al respecto, aunque de pronto sale a la luz que una de esas instituciones educativas cierra sus puertas porque las disminución de sus alumnos la hacen no viable, o que otra vio mermar su alumnado y si bien no corre – por el momento – peligro de cerrar.
La justificación que se brinda para estos casos, valedera sin lugar a dudas, es que la cantidad de miembros de la comunidad mermo y que por ello hay menos alumnos. Algunos más osados explican que la crisis económica que padeció el país continúa repercutiendo en muchas familias, y por lo tanto no pueden hacer frente a los aranceles, sin tomar en cuenta que al manifestar esta verdad ponen al descubierto otra, que se les cierra la posibilidad a los padres que desean que sus hijos reciban una educación judía pero no tienen los medios económicos para solventarla.
Pero lo que decimos es sólo una parte de la realidad pues existen otras instituciones educativas judías que están en permanente expansión, que pese a la crisis económica abren sus aulas a todos aquellos que desean que sus hijos estudien en ellas y que además necesitan ampliarse para poder dar cabida a sus alumnos, las escuelas raigales.
En Flores, la escuela que impulsa el Rabino Efraim Dines,……………………….., esta construyendo un edificio especialmente acondicionado para el dictado de clases. En Belgrano, Ajdut Israel compró el año pasado un predio para ampliar su escuela Iosef Caro y la Yesiva. En Palermo, la escuela Yeshurum ha de inaugurar próximamente el edificio en donde funcionará la escuela secundaria. En Once, la comunidad Shuba Israel compro un edificio lindero para ampliar sus instalaciones y la escuela Talpiot remodeló y agrandó los espacios destinados al dictado de clases. En Barracas, Or HaTorá adquirió un predio para que el jardín de infantes de su escuela tenga un lugar adecuado a la cantidad de niños que concurren al mismo.
Que esto ocurra evidencia que la tradicional red escolar judía que durante años la AMIA, mediante el Vaad Hajinuj, intentó dirigir, basada en una visión secular del judaísmo, en la cual lo importante era la enseñanza del hebreo y las tradiciones sin un sustento en los valores de la Torá, no satisface a quienes quieren asegurar la identidad judía de sus hijos.
Desgraciadamente la constante disminución de la cantidad de judíos que integran la comunidad es el lógico resultado del proceso asimilatorio que desde hace décadas se está produciendo, y que en más de un caso la dirigencia apoya, conciente o inconcientemente, cuando acepta las mensajes de aquellos que plantean la necesidad de admitir como judíos a quienes halajicamente no lo son.
Es por eso que mientras unas escuelas judías se achican, y en ciertos casos desaparecen, otras crecen.
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