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COMUNITARIAS
La AMIA entierra a no reconocidos como judíos

En estas últimas semanas se produjeron ciertos hechos en la AMIA de los que nadie quiere abiertamente hablar. Parecería que el tema es tan grave que sólo deberían saberlo aquellos que se abrogan el derecho de ser los líderes de la comunidad, sin darse cuenta de que al actuar de esa manera lo único que logran es que se expandan los rumores y las versiones, disparatados algunos y cercanos a la verdad otros.
Entierro de fallecidos convertidos no reconocidos como judíos.
Uno de los hechos ha sido el difundido proyecto de encontrar una solución para enterrar en un sector diferenciado del cementerio de La Tablada a los fallecidos que fueron convertidos al judaísmo sin seguir las normas halájicas por los rabys conservadores y reformistas. Mejor dicho la decisión de cual será el sector que se destinará para ello.
De acuerdo a lo que pudimos averiguar, por motivos de tipo estructural el sector que originariamente se iba a destinar para ese fin fue desechado por las autoridades, las que decidieron comprar parcelas del cementerio sefaradí lindero no utilizadas. Luego de que la Comisión Directiva aprobara la medida habrían surgido problemas, según unos debido al valor que habría que pagar y según otros porque las autoridades de la institución que es propietaria de ese cementerio no estarían dispuestas a vender.
Cómo parece que la habilitación de ese sector diferenciado es urgente, los actuales máximos directivos de la AMIA habrían elegido un sector del cementerio ya habilitado para el Kever Israel, aunque no utilizado hasta el momento y que los días domingos se emplea como estacionamiento lateral.
Como nuestros lectores recordaran, el proyecto de encontrar una solución para este problema fue consultado con el Gran Rabinato de Israel, el que dio instrucciones y condiciones precisas sobre como hacerlo a la vez que exigió que todos los factores ideológicos que participan de la vida política de la AMIA se comprometan por escrito a respetar y no modificar las instrucciones y condiciones establecidas.
Eso ocurrió durante la presidencia de Abraham Kaul, y como ciertos factores decidieron no firmarlo, entre ellos Agudat Israel de Argentina, no por no aceptar lo dispuesto por el Gran Rabinato de Israel sino por considerar que la firma de todos los factores no aseguraba que el acuerdo no se dejara de lado en un futuro.
El actual presidente de la AMIA, Luis Grynwald, volvió a intentar poner en marcha el proyecto y logró que las cuatro listas que participaron en la última elección firmaran el acuerdo, entre los cuales se cuenta la lista denominada Iahadut Hatorá.
Según parece, ante la decisión de que el sector diferenciado sea uno ya habilitado para Kever Israel, Iahadut Hatorá, retiraría su firma y por lo tanto la posibilidad de poner en marcha ese proyecto desaparecería. Esto habría molestado de sobremanera a la presidencia de la institución, para quien el tema urge.
Teniendo en cuenta que la finalización del mandato de la actual conducción de la AMIA, como era de esperar, varios son los rumores que afirman que la motivación por tanta urgencia es que Luis Grynwald desea quedar en la historia de la comunidad como quien pudo darle una solución a este tema tan conflictivo.
Nosotros creemos que existen otros motivos.
La AMIA entierra convertidos no reconocidos como judíos.
Cómo es de público conocimiento, desde hace ya tiempo circulan por Internet cartas de personas y/o instituciones quejándose porque no pueden enterrar a sus fallecidos en los cementerios de AMIA por haber sido convertidos al judaísmo sin seguir las normas halájicas por los rabys conservadores y reformistas, con el agravante que algunos eran socios de la AMIA y/o adherentes al Plan ACI.
Algunos de los responsables de esas cartas decidieron iniciar acciones legales en contra de la AMIA, en ciertos casos el objeto sería conseguir un resarcimiento económico, otros lo que exigen es que se entierre a sus deudos en el cementerio de La Tablada.
Cuantos son esos juicios y en que estado se encuentran es un secreto guardado bajo siete llaves, y por lo tanto ocultado a la masa societaria, la única propietaria de la institución.
Según parece uno de esos planteos judiciales ya se ha solucionado. La AMIA aceptó enterrar a una fallecida casada con un judío y adherente al Plan ACI, en el cementerio de La Tablada..
Debemos reconocer que LA VOZ JUDÍA tomó conocimiento de este caso, que corroboró donde corresponde, como consecuencia de una nota firmada por Jorge Sánchez, el Director de Cultos de la Municipalidad de José C. Paz, publicada en un medio comunitario, en donde se congratulaba de que finalmente la AMIA hubiera aceptado enterrar en uno de sus cementerios a una fallecida que como no era reconocida como judía permaneció durante varios meses en un cementerio de Pilar.
Teniendo en cuenta lo ocurrido, es lógico preguntarse cual es el sentido de que se discuta cual es el sector diferenciado en que se ha de enterrar a los convertidos al judaísmo sin seguir las normas halájicas por los rabys conservadores y reformistas, pero mucho más por qué los actuales miembros de la Comisión Directiva de la AMIA que se definen como observantes, y fueron electos representando a Iahadut Hatora, aceptan que pasen estas cosas sin hacerlas públicas. De que sirve discutir, enojarse y gritar respecto a un proyecto con el del “sector diferenciado”, si como consecuencia del proceso asimilatorio que sufren los dirigentes comunitarios no observantes, es evidente que dentro de unos años, sino lo hacen antes, dejaran de cumplirlo.

 

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