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Cuando la presente edición de LA VOZ JUDÍA entre en imprenta se habrá iniciado el “Encuentro de Anápolis”, convocado por el Presidente de los Estados Unidos, George Bush, con la finalidad de que el Estado de Israel y la Autoridad Palestina reinicien las negociaciones de paz que se suspendieron luego del triunfo del Hamas en las elecciones parlamentarias palestinas.
Participan de dicho “encuentro” además de las delegaciones israelíes y palestinas, encabezadas por Ehud Olmert y Mahmoud Abbas, Primer Ministro israelí y presidente de la Autoridad Palestina respectivamente, representantes de Rusia, la Unión Europea, el Secretario General de las Naciones Unidas y una importante cantidad de países a los que el Presidente Bush invitó, entre ellos varios países árabes, algunos de los cuales Siria anunció que no concurriría debido a que en el temario no figura el tema de la devolución por parte de Israel de las alturas del Golan.
Para que se pudiera conocer exactamente que significaba este “encuentro”, la Embajada de Israel organizó una teleconferencia con la participación de entre el embajador Jacobo Eldan de la cancillería israelí y el profesor Arie Kacowicz, titular del Departamento de Relaciones Internacionales de la Universidad Hebrea de Jerusalem, desde Jerusalem mientras que aquí, en Buenos Aires, dirigentes de la comunidad judía de Argentina, periodistas comunitarios y no comunitarios, especialistas en relaciones internacionales y miembros de la representación diplomática israelí en Buenos Aires, encabezados por su titular, el embajador Rafael Eldad.
Estuvimos presentes y una de las cosas que quedo en claro es que en Anápolis se han de reiniciar las negociaciones, de ahí su nombre “encuentro” y no “cumbre”, y que Israel no tenía otra opción que aceptar su realización.
Otro de los temas tratados fue las motivaciones del Presidente Bush en convocarla, una forma de tratar de revertir su desgastada imagen pública logrando un avance en la situación reinante en Medio Oriente. También se planteó que para el presidente de la Autoridad Palestina es una revalorización internacional, pues mientras es discutido por el Hamas y los sectores más reacios a negociar con Israel, los principales países del mundo lo consideran un interlocutor válido para comprometerse en nombre de todos los palestinos,
Con respecto a Ehud Olmert, se plantearon muchas dudas, pues por un lado la ciudadanía israelí viene reclamando su renuncia desde la finalización de la Segunda Guerra de El Líbano y por otro se lo esta investigando por varias acusaciones de haber cometido actos de corrupción mientras ocupó cargos ministeriales durante el gobierno de Sharon.
Mientras que algunos medios plantean la posibilidad de que se llegue a acuerdos que aceleren el proceso de paz y el establecimiento de un estado palestino, otros – especialmente los israelíes – consideran que es exagerado tener esas expectativas, principalmente porque se estará conversando con la mitad de los palestinos, pues Hamas no sólo no ha sido invitada, sino que junto con Irán se oponen a esta reunión y el líder de Hamas en Gaza, Ismail Haniyeh, aseguró – en declaraciones publicadas por el diario israelí Haaretz - que las negociaciones promovidas por Estados Unidos “no han nacido y no concretarán ningún beneficio ni derechos políticos para los palestinos”, y a la vez afirmó que Abbas no tiene el mandato para hacer compromisos con Israel, especialmente aquel relacionado con la demanda de los refugiados palestinos de retornar a sus hogares perdidos durante la Guerra de Independencia de Israel, en 1948.
Por otra parte, dignatarios palestinos que participarán en el “encuentro” de Anápolis afirmaron que ellos reconocerían la existencia del Estado de Israel, pero no su condición de estado judío. El motivo sería que si es un estado judío los árabes musulmanes no tendrían derecho a solicitar su retorno.
En Israel estas declaraciones iniciaron un debate muy amplio entre aquellos que consideran que si los palestinos en particular y los países árabes en general no reconocen que el Estado de Israel es un estado judío no se debe continuar negociando mientras que otros sostienen que no es para nada relevante ese reconocimiento pues se sabe que es un estado judío.
Dentro del propio gabinete ministerial ambas posturas tienen sus sostenedores y nuevamente se está comentando en la prensa israelí que en cualquier momento se puede producir que los partidos políticos más opuestos a realizar concesiones a los palestinos se retiren del gabinete, lo que le quitaría apoyo al Gobierno en la Kneset y, si no renuncia, caería por no conseguir el voto de confianza en algún caso que se lo requiera.
Olmert, que estará acompañado en Annopolis por Tzipi Livni, la canciller israelí, y un importante grupo de asesores, declaró antes de partir hacía la ciudad estadounidense que espera que el encuentro "permita entablar negociaciones serias sobre todos los problemas para que pueda haber dos estados nacionales para los dos pueblos”.
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