Un grupo de un centenar de personas pertenecientes a la comunidad Bené Menashé –los hijos de Menashé- llegó en estas últimas semanas a Eretz Israel. Se trata de personas de la tribu de Shinlung, que viven en la frontera entre la India y Birmania, y que comprende a varios millones de personas.
De acuerdo a Eliahu Abijail, el presidente de Amishav, la gente de esa tribu desciende de la tribu de Menashé y habían conservado con ellos, durante siglos, un Sefer Torá –que desgraciadamente perdieron después. Los jefes tribales decidieron alrededor de 1970, retornar a su judaísmo a través de volver a Sion. Ellos buscaron en fuentes judías, estudiaron y observaron los mandamientos del judaísmo; se hicieron circuncidar y circuncidaron a sus hijos. Construyeron sinagogas en las que observan el Shabat como se debe; enviaron a los más jóvenes a estudiar en las escuelas ORT de Bombay (con clases separadas para varones y mujeres), a una distancia de unos mil kilómetros de sus hogares en la frontera con Birmania.
Al igual que sucede con los etíopes, ciertas tradiciones parecidas a las nuestras son practicadas por los miembros de esa tribu, de la cual más de 1.200 miembros viven actualmente en Israel, mientras que otros 7.000 están esperando en la India el permiso para hacer su aliá.
Es importante aclarar que estas personas no podrían reintegrarse a nuestro pueblo más que por medio de una conversión realizada en la debida forma, pues no hay ninguna seguridad de que hayan conservado su filiación judía en el pasado y que no se hayan mezclado con los pueblos con los cuales convivían. Al respecto, la pertenencia a la tribu de Menashé no significa estrictamente nada, puesto que ellos serán considerados como conversos sólo si lo hacen enteramente según la Halajá.
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