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En estos días se conoció una noticia que fue muy bien recibida por las autoridades comunitarias y por el grupo de Familiares y Amigos, referida a que la Asamblea General de Interpol decidió, en Marruecos, por 78 votos a favor, 14 en contra y 26 abstenciones, emitir órdenes de detención urgente contra cinco ex –funcionarios iraníes y un libanés, requeridos por la Argentina como ideólogos y planificadores del atentado contra la AMIA llevado a cabo hace 13 años.
Los buscados por Interpol son los iraníes Alí Fallahjan, ministro de Información y Seguridad hasta 1997; Mohsen Rezai, ex comandante de la Guardia Revolucionaria; Imad Fayez Moughnieh, jefe del Servicio de Seguridad Exterior del Hezbollah (también buscado por Estados Unidos y la Argentina por el ataque a la embajada de Israel); Mohsen Rabbani, ex consejero cultural de la embajada iraní en Buenos Aires; Ahmad Reza Asghari, ex funcionario de la embajada, y Ahmad Vahidi, el ex comandante de los QUDS iraníes.
La respuesta inmediata de Irán fue que existe una ley por la cual les está prohibido entregar a sus ciudadanos a otros países, por lo que, si los mencionados sospechosos pedidos por la Interpol permanecen en su país, no serán detenidos. Sólo podrían ser arrestados en caso de que decidan cruzan alguna frontera, y sólo entonces serían puestos a disposición de un juez que evaluará si las pruebas ofrecidas por la Argentina son suficientes como para justificar su extradición.
Como se verá, todo está en “condicional”: “si cruzaran”…, “serían arrestados”…“serían puestos a disposición”… Por ahora, se trata de situaciones virtuales.
Resulta pasmoso comprobar, una vez más, la flagrante contradicción de la justicia argentina en el tratamiento de la causa AMIA, dado que, por una parte, se ufana de haber logrado que Interpol libre orden de captura contra la llamada “pista iraní” –descubierta en su momento por el ex Juez Galeano y los fiscales Müllen y Barbaccia-, y por otra parte, pretenda sentar en el banquillo de los acusados, junto con el presunto entregador de la camioneta Traffic con la que se hizo explotar la sede de Pasteur 633, Carlos Telleldín, a los propios ex funcionarios de la justicia argentina Galeano-Müllen y Barbaccia, gracias a los cuales se conoce todo lo que se sabe hasta la fecha tanto de la “pista iraní” como de la “conexión local”.
Es más, el ex juez Galeano ya había librado numerosos exhortos pidiendo la detención de estos sujetos, pero luego de que fuera destituído, la Interpol dio de baja los pedidos de captura, y sólo dos años después, ya a instancias del nuevo juez de la causa AMIA, el juez Canicoba Corral, aceptó darles curso a las capturas. Como Irán apeló esa decisión, fue necesaria la votación de la Asamblea General de Interpol, que derivó en la medida mencionada.
Las reacciones
La decisión de Interpol fue celebrada por la Cancillería, que la interpretó como “un apoyo mayoritario de la comunidad internacional a la justicia argentina para ayudarla a esclarecer este terrible atentado”.
El juez federal Rodolfo Canicoba Corral, que firmó los pedidos de captura, consideró la determinación de la asamblea de Interpol “como un éxito de la Argentina”, y anticipó que ahora dirigirá un exhorto a Irán para que colabore con los arrestos.
En Buenos Aires, la respuesta de Irán a través del encargado de negocios, Mohsen Baharvand, fue restar importancia a la decisión diciendo que “Interpol sólo siguió el procedimiento”. Es decir, que se trata sólo de una cuestión protocolar que no juzga a nadie, y agregó que Interpol no tiene soberanía sobre los estados. También agregó que su país “se ofreció a colaborar” con el gobierno argentino en la investigación por el atentado a la AMIA y dijo que sigue dispuesto a hacerlo.
¿Habrá algún ingenuo que todavía otorgue credibilidad a las palabras del representante de la embajada iraní?
Quienes sí realizaron declaraciones a los medios comunicando su beneplácito ante el paso dado por Interpol, son, como decía al comienzo de la nota, las autoridades comunitarias y los representantes de la organización Familiares y Amigos de las Víctimas de AMIA. Hubo también algunas loas al gobierno y a la justicia argentina.
Y aquí surge la segunda contradicción, tan absurda como dramática, dado que la justicia argentina está también a punto de juzgar -junto con el ex Juez Galeano, los ex fiscales Müllen y Barbaccia, el susodicho vendedor de autos truchos Telleldín, su mujer y su abogado- a quien denunciara por primera vez públicamente (siendo presidente de la DAIA) - como autores intelectuales del atentado contra la AMIA- a la conexión iraní hoy buscada por la Interpol.
Falta aún escuchar cuál será la decisión de las autoridades comunitarias respecto al juicio que se avecina contra el ex Presidente de la DAIA: si dejarse llevar por la corriente por temor a ser tildados de “berajistas”, o si pensar en la enorme injusticia que se está por cometer y, cuanto menos, no acompañar una acción tan distorsionante.
Es de suponer que nadie desconoce cuál de las dos opciones es la correcta. Sólo se necesita el coraje de elegir.
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