El 8 de noviembre, en horas del mediodía, la DAIA junto a la Embajada de la Federación Rusa llevaron a cabo en la sede diplomática de esta última un acto de homenaje a las víctimas de la Shoá.
Al mismo asistieron los embajadores de Ucrania, Bulgaria, Croacia, Lituania, Servia, Perú, Ecuador, Costa Rica y Eslovaquia; y también representantes de las embajadas de Austria, Bélgica, Alemania, Estados Unidos e Italia. También se contaba presente el Gran Rabino Shlomo Benhamú.
Luego del encendido de una vela en recordación de las víctimas hizo uso de la palabra el Embajador de la Federación Rusa.
Yuri P. Korchagin quien entre otros conceptos se refirió a que la idea de enjuiciar a los nazis por las atrocidades que cometían se refleja en la Declaración de Moscú del 1 de noviembre de 1943, en la cual la Unión Soviética, Estados Unidos y Gran Bretaña se comprometieron a castigar a los criminales de guerra. Finalizó sus palabras con un pedido a las organizaciones judías de Argentina para que condenen “las acciones amorales” de estados independientes donde “con un consentimiento silencioso de sus autoridades el fascismo empieza a levantar su cabeza, desmontando los monumentos a los soldados libertadores, homenajeando a los veteranos de la SS, a los cómplices y los colaboradores del régimen hitleriano, cuyas manos están manchadas también con la sangre de las víctimas del Holocausto”.
A continuación brindo su testimonio la señora Raia Piekarska, sobreviviente de la Shoá, de 88 años de edad, quien finalizó sus palabras con el siguiente mensaje: “Luchen por la paz en el mundo y que nunca más se repita en ningún lugar del planeta el odio racista, religioso y étnico para que nuestros nietos y bisnietos crezcan en un mundo de alegría y paz”.
A Posteriori se proyectaron trozos de un corto cinematográfico ruso, “Fascismo ordinario”, en el cual, mediante películas de la época, se mostraba el accionar asesino de los nazis y su especial ensañamiento con los hebreos”.
Finalmente el presidente de la DAIA, Aldo Donzis, dio un corto discurso del cual extractamos los siguientes conceptos: “El exterminio de nuestros hermanos por su sola condición de judío no mereció la consideración y consiguientemente acciones para protegerlos, para bombardear las líneas férreas que conducían al campo de la muerte, para asumir y señalar ante el mundo que se estaba perpetrando el genocidio de un pueblo. Solo un ejemplo de ello lo constituye un documento secreto, recientemente descalificado, denominado Declaración Sobre la Responsabilidad de los Nazis por las Masacres que Cometen. El Anexo al Protocolo Secreto de la Conferencia de Moscú, de octubre de 1943 compartido por Gran Bretaña, los Estados Unidos y la Unión Soviética, asume el compromiso de estos Estados para, una vez finalizada la guerra, juzgar y castigar a los nazis que hayan sido responsables por masacres en los países ocupados. En él se detalla los crímenes cometidos contra oficiales de diversas nacionalidades, campesinos, el exterminio del pueblo de Polonia, el exterminio de la población en los territorios de la Unión Soviética… ninguna referencia a la ejecución en masa de la población judía por su sola condición de tal”.
El acto culminó con la interpretación de varias piezas musicales en piano, la inauguración de la escultura en homenaje a la Víctimas de la Shoá de Laura Nucenovich que la DAIA obsequia a las representaciones diplomáticas cuando se efectúan estos homenajes y una copita de vodka, que según lo explicado por el Embajador Korchagin se acostumbra a tomar al finalizar los homenajes a las personas fallecidas.
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