Me gustaría comenzar mi columna con noticias más alentadoras, pero lamento decir que en los últimos tiempos han sucedido cosas que no nos alientan en lo más mínimo.
Entre muchas otras noticias aparecidas en los medios nos ha impactado leer que en nuestra Tierra Sagrada, en la ciudad de Petaj Tikva, cuyo nombre significa “Puerta a la Esperanza”, la policía descubrió a un grupo de israelíes no judíos, neo-nazis, que inmigraron desde la ex Unión Soviética. Ellos tienen símbolos nazis tatuados en su cuerpo, pintaron svásticas con aerosol en las paredes de sinagogas y de casas de familia, golpearon salvajemente a ciudadanos judíos e incluso amenazaron con matar a Judíos. Se cree que hay varios grupos por el estilo en diversas regiones de nuestro sagrado territorio.
Aunque mucha gente sienta sorpresa, nosotros, los judíos religiosos, no estamos realmente sorprendidos. Durante años hemos luchado para enmendar la Ley del Retorno, que ofrece automáticamente la ciudadanía israelí a cualquier judío. Muchos no judíos que tenían un abuelo o un bisabuelo judío han sido reconocidos por la Ley del Retorno como judíos. Incluso la ley estipula que alguien que se ha convertido al Judaísmo es considerado judío. Nosotros, los judíos religiosos, siempre consideramos que si se menciona la conversión – y “conversión” es un término halájico- eso significa que alguien se ha convertido según la Halajá. Sin embargo, la ley no lo menciona. Durante años hemos luchado para enmendar la ley de modo tal que sólo los verdaderos judíos fueran elegibles para recibir la ciudadanía y los beneficios que ella les otorga.
Como se sabe, uno de los temas especiales por el cual el gran Rebbe de Lubavitch zt”l luchó fuertemente, en cuanto a la enmienda de la Ley del Retorno, fue precisamente el que se conoce como “Quién es Judío”.
Sin embargo, pese a todos nuestros esfuerzos, la ley nunca fue enmendada satisfactoriamente.
Muchos de los inmigrantes de la ex Unión Soviética son hijos de matrimonios mixtos en los que la madre es no-judía, pero ellos tienen un abuelo judío, o tan solo un bisabuelo judío. No obstante, ellos no son judíos. Hay todo un grupo de inmigrantes rusos no judíos que consiguieron introducirse en Israel con la ayuda de la Agencia Judía y con documentación falsa. Desgraciadamente, entre ellos hay cientos de antisemitas que llegaron desde Rusia con el fin de recibir la ayuda económica del gobierno, igual que todos los olim. Muchos de ellos abrieron comercios de venta de carne no casher. También hay un aumento de la delincuencia y del alcoholismo como producto de la llegada de estos inmigrantes no judíos rusos.
Me gustaría mencionar aquí la actitud poco razonable del gobierno de Israel. Todos estamos al tanto de los complejos decretos del gobierno de Sharon –que continuó con el gobierno de Olmert- en contra de las familias numerosas. Es increíble que el gobierno haya desalentado las familias numerosas al declarar que los derechos del niño deberían ser drásticamente cortados para ahorrarle dinero al gobierno. Por otra parte, enormes cantidades de dinero les son dadas a los nuevos inmigrantes para alentarlos a venir a Israel. Yo estoy muy a favor de alentar la inmigración judía, pero no la inmigración de no-judíos antisemitas que representan un gran peligro para los judíos.
Finalmente, ahora se ha revelado oficialmente que el 54% de los nuevos inmigrantes que llegan a Israel son no judíos. Esa es una estadística espeluznante. Ello significa que más de la mitad de los nuevos inmigrantes son goim. Mientras que muchos judíos verdaderos vienen a Israel para evitar que sus hijos realicen matrimonios mixtos o que se asimilen, esa escalofriante estadística muestra que existe un gran peligro de asimilación y de matrimonios mixtos en nuestra Tierra Sagrada.
Incluso muchos seculares en Israel no dudan en decir que su deseo es traer esa clase de elementos a sabiendas de que eso los ayudará a fortalecer el secularismo en nuestra Tierra Sagrada.
Luego de que se revelara la existencia de no judíos neonazis que habían recibido la ciudadanía por medio de la Ley del Retorno, surgieron fuertes reclamos desde diversos círculos para que se enmiende toda la ley.
Roguemos y esperemos ser capaces de poner un fin de una vez por todas a esta farsa de inmigrantes no judíos antisemitas que reciben beneficios que debieran estar destinados a los judíos reales.
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