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Días pasados fueron detenidos ocho miembros de una banda neo-nazi bajo acusaciones de provocar graves daños físicos a personas y de negar el Holocausto, entre otros crímenes. No obstante, ellos no podrán ser acusados de uno de los mayores crímenes, que eclipsa a todos los anteriores en sus implicancias: el activismo neo-nazi. La razón: el neo-nazismo no está contra la ley en el Estado de Israel. Los legisladores del Estado Judío nunca crearon una ley específica que condene los crímenes producto del odio antisemita. Obviamente, nunca nadie pensó que alguna vez podía ser necesario crear una ley así.
Sin embargo, de acuerdo a lo informado por el Inspector General de la Policía de Israel, David Cohen, existen decenas de neonazis en Israel, así como sitios web que vienen operando desde hace años, y el fenómeno está creciendo. La policía los viene investigando desde hace tiempo. Sin embargo, los ministros quedaron atónitos ante las evidencias halladas recientemente sobre las actividades de estos adolescentes que habían sido videograbadas, y que mostraban, entre otras cosas, cómo la banda le daba puñetazos en la cara a un trabajador extranjero y le rompía una botella en la cabeza mientras hablaba por un teléfono público. Los jóvenes que formaban esa banda tgenían la cabeza rapada, usaban ropas neo-nazis y se hallaron algunos uniformes junto con símbolos nazis, posters de Hitler y svásticas en las casas de los sospechosos. También se encontraron fotos del grupo con el saludo “Heil Hitler” frente a la Sinagoga de Tel Aviv, y numerosas armas y explosivos. Aparentemente, la banda planeaba celebrar el cumpleaños de Adolf Hitler en el Museo del Holocausto de Yad Vashem.
Según el vocero policial, todos los sospechosos eran inmigrantes de la ex Unión Soviética, y siete de los ocho no eran judíos de acuerdo a la Ley Judía. Agregó que el grupo había llevado a cabo al menos 15 ataques, muchos contra judíos religiosos.
Los padres de los jóvenes apresados negaron que sus hijos tuvieran alguna conexión con el neo-nazismo y acusaron a la sociedad israelí por la conducta de los adolescentes.
En los años ’90, la Agencia Judía trajo a Israel a casi un millón de inmigrantes de la ex Unión Soviética, de los cuales se estima que entre 250 y 330 mil no son judíos.
Efraim Zuroff, del Centro Simón Wiezenthal, manifestó que las células neo-nazis eran el resultado de que existan leyes tan laxas que otorguen la ciudadanía israelí a personas “con poca conexión con la historia judía, con el pueblo judío, con la religión y con la cultura judías”.
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