La Sinagoga de Touro, en Newport, Rhode Island, es la más antigua de los EE.UU.,y según se puede apreciar apenas uno cruza el umbral, es sumamente especial.
Llama la atención la altura del ambiente. El arón está orientado hacia oriente, y sus paredes están enmarcadas por ventanales en el primero y segundo piso. No pueden obviarse tampoco las enormes columnas ubicadas simétricamente alrededor del salón y que sostienen la galería superior, la ezrat nashim. Doce son las columnas que sostienen el alto techo y que representan las doce shevatim, las tribus. Si Ud. lo desea, puede tomar asiento de espaldas a cualquiera de las cuatro paredes: todos los asientos miran hacia el centro, hacia la bimá. Sin embargo, no intente sentarse en el sector que está a su izquierda: esos asientos están preparados para el presidente de la sinagoga y para otras personas importantes. La Sinagoga de Touro ha recibido incontables visitas ilustres incluyendo varios presidentes: George Washington, Thomas Jefferson, Harry Truman, Dwignt Eisenhower y John F. Kennedy.
La “mesa” del centro, recubierta por una tela aterciopelada, es la bimá. Es el lugar donde se lee la Torá. Cerca de ella hay un banco para ser usado por quienes alzan los sifrei Torá.
La puerta secreta que conduce hacia el sótano a través de un túnel no estaba incluída en los planes originales de la sinagoga. Existen otras similares en sinagogas de España y Portugal, cuando debían ser usadas como formas inmediatas de huir de la Inquisición. Dado que la mayoría de los originales congregantes a la sinagoga eran descendientes de Anusim, conversos forzados, quienes a menudo debían ocultarse de la Inquisición y sus soldados, una puerta secreta debió haberlos ayudado a sentirse seguros aún en América; afortunadamente ellos nunca tuvieron que usar la puerta para huir de persecuciones religiosas.
Más tarde, durante la Guerra Civil, la sinagoga fue usada como una de las paradas del Tren Subterráneo, que no era exactamente un tren, sino que era el nombre que se le daba a una extensa red de casas seguras que ayudaron a 50.000 esclavos, entre 1830 y 1860, a escapar desde el Sur hacia el Norte, y de allí a Canadá, hacia la libertad. Aunque no existe documentación al respecto, se rumorea que los esclavos que huían eran escondidos en el piso principal o en el sótano de la sinagoga.
Un símbolo de libertad religiosa
La Sinagoga de Touro no es sólo la más antigua de los Estados Unidos, puesto que data de 1763, sino que es la única que sobrevivió hasta hoy desde la época Colonial, cuando los EE.UU. consistían en 13 colonias. Fue construida por una congregación Sefaradí formada en 1658, consistente en un grupo de 15 familias que decidieron radicarse en Rhode Island, en un lugar donde a los judíos se les garantizaba la completa libertad religiosa.
Esa libertad religiosa era algo nuevo. Sólo cuatro años antes, los Judíos Españoles habían arribado a la colonia Protestante Alemana de New Amsterdam, para recibir de parte del gobernador un intento de expulsión. Los directores de la Dutch West India Company forzaron al gobernador a permitirles permanecer allí a los judíos, pero él logró negarles varios derechos básicos, incluyendo el de construir una sinagoga.
Cuatro años después, un segundo grupo de judíos encontró una mayor libertad en Rhode Island, que estaba gobernada por Roger Williams, su fundador y primer gobernador. Williams consideraba que todos tenían derecho a la “libertad espiritual”, y fundó la primera sociedad en EE.UU. que permitía la libertad religiosa a la gente de todas las religiones. Esta concepción era nueva en América y es lo que atrajo a esas familias hacia Newport, que fue el segundo asentamiento judío en las colonias. Posteriormente se sumaron otras más.
Poco después, el primer rav que tuvo la sinagoga, Rabbi Isaac Touro, llegó procedente de Amsterdam. Un año más tarde, en 1759, ellos decidieron construir una sinagoga. El primer arquitecto profesional de América, Peter Harrison, fue el encargado de diseñar la sinagoga. El lo consideraba un “trabajo por amor” y se dedicó de lleno a su tarea. Importó ladrillos desde Inglaterra para que la sinagoga se asemejara a las construcciones de Amsterdam y Londres.
Cambio de nombre
El primer nombre que se le dio a la sinagoga fue “Yeshuat Israel”. ¿Por qué entonces la llamamos Sinagoga de Touro? Porque una persona llamada Abraham Touro donó una fuerte suma de dinero para restaurar el edificio, la calle y todo el entorno que no había sido renovado en mucho tiempo. Ese dinero fue depositado en un fondo llamado “Touro Jewish Synagogue”, y es por esa razón que hasta el presente la sinagoga se llama Sinagoga de Touro.
En nuestros días, unas 30.000 personas visitan anualmente la sinagoga. Ellos vienen de todos los rincones de los EE.UU. y de más de 20 países diferentes. Diariamente hay un minián en la sinagoga. Y aunque la mayoría de los más de 300 miembros son Ashkenazim, todavía conservan algunas costumbres Sefaradíes, que están profundamente arraigadas en la historia de la sinagoga.
Recientemente la Sinagoga de Touro fue totalmente restaurada y reabierta al público en 2006. La inauguración se realizó en Janucá, tal como fue la primera inauguración doscientos cuarenta años atrás.
La sinagoga es una prueba de cómo, por primera vez en suelo americano, los judíos pudieron practicar su religión abiertamente y con libertad, sin temer por sus vidas.
Cuando recemos este año, en Iom Kipur, recordemos que es un beneficio que no puede darse por sentado. Años atrás, nuestros tatarabuelos, tan habituados a las persecuciones, probablemente trataban de sentarse lo más cerca posible de la puerta secreta por si tenían que escapar rápidamente…
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