Por Natalio Daitch
Mèdico Clìnico y Laboral.
En verdad, la medicaciòn tiene sus riesgos.Si bien la finalidad es la curaciòn o aliviar los sintomas del paciente, no debemos olvidar que los medicamentos y las drogas que contienen son en realidad sustancias extrañas al organismo, y que por su mecanismo de acciòn interfieren en lo que denominamos metabolismo o conjunto de reacciones quìmicas.Su efecto beneficioso se da en base a un correcto diagnòstico, y su empleo en la dosis y por el tiempo correcto o necesario.Es decir, que solo su uso correcto en la situaciòn y persona indicada, separan al medicamento de convertirse en un verdadero veneno para el cuerpo humano.Un ejemplo de esto serìa el caso del antibiotico que conocemos como Penicilina, y mientras para muchos es una valiosa herramienta para combatir infecciones y hasta salvar una vida, en otras personas y por cuestiones de suceptibilidad individual el contacto con este antibiòtico puede desencadenar una reacciòn alèrgica que podrìa llegar a ser fatal.El ejemplo de la Penicilina, si bien uno de los mas famosos y conocidos no es el ùnico, y al ubicarnos en este punto los mèdicos tenemos muchos ejemplos, basados en elestudio y la experiencia individual y profesional.Incluso, muchos remedios que son de venta libre o que pueden adquirirse sin receta mèdica pueden tener consecuencias adversas para la salud humana.Caso de muchos antigripales y descongestivos que contienen pseudoefedrina que pueden causar un aumento de la presiòn arterial o de otras sustancias tales como la ergotamina que se utiliza para tratar cefaleas o dolores de cabeza que hemos visto han incrementado la presiòn arterial a niveles de peligro o pueden perjudicar a personas con antecedentes coronarios.
Para terminar estas breves lineas, y a modo de broche o final, es en este punto donde cobra su importancia la medicaciòn responsable que solo puede ser efectuada por un mèdico que aune los conocimientos de la farmacologìa y del paciente en cuestiòn.Todo pende de este acto mèdico, y de la posibilidad de poder confeccionar una buena historia clìnica del paciente, y aùn en la urgencia aunque sea abreviada, pero donde no deberìan faltar el listado de medicamentos que toma regularmente el enfermo, y los antecedentes de enfermedades o dolencias que presenta el consultante.O si exìsten antecedentes de alergias a dorgas y vacunas, o si la persona lleva alguna identificaciòn o advertencia acerca de antecedentes de alergias que puedan poner en guardia al galeno.Y entonces “The End”, y como conclusiòn, no debemos confundirnos y dejar que la habitualidad nos engañe.Los medicamentos se venden y se encuentran a nuestra disposiciòn pero no debemos dejar de tenerles respeto.Siempre hay que verlos como un arma de doble filo, y solo el profesional del arte de curar es aquel que se encuentra habilitado para darle un uso adecuado.
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