Según el Times londinense, los directores de los antiguos campos de concentración alemanes habrían decidido hacer pagar a sus visitantes a fin de permitirles la entrada a sus museos.
Pieter Dalos, el director del campo de concentración de Dachau, explicó que esa decisión está basada en que dichos memoriales carecen de otra entrada financiera. Sin ello, dijo, de aquí a cinco años no quedará nada y nadie podrá entrar. A modo de información, unas 800.000 personas visitan Dachau anualmente.
La situación de Buchenwald y de Ravensbrück es la misma, y los campos esperan, de igual modo, poder hacer pagar el derecho al ingreso.
La comunidad judía alemana considera que esto es un escándalo. ¡Se trata del lugar donde fueron martirizados nuestros padres, y hete aquí que debemos pagar para entrar a contemplar el único “cementerio” viviente…!
A decir verdad, los diversos estados en los cuales están situados los campos, participan financieramente para su mantenimiento; pero, al parecer, en Alemania esto ocurre de manera insuficiente.
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