Durante un vuelo de El Al que iba desde Nueva York a Israel, los pasajeros donaron miles de dólares para un niño enfermo que se encontraba a bordo del avión.
Los pasajeros notaron que un grupo que comprendía a un niño enfermo, sus padres y un equipo de médicos, se ubicaba en la parte delantera del avión, en un área especial preparada por la aerolínea. En el transcurso del vuelo uno de los pasajeros habló con los inegrantes del equipo médico y ellos le dijeron que el niño había pasado por una cirugía cerebral en los EE.UU. y que ahora estaba volando de regreso a su casa en Eretz Israel para seguir su tratamiento en el hospital Hadassa de Ein Kerem, en Jerusalem.
El equipo médico expresó que estaban acompañando al niño de manera voluntaria debido a las limitaciones financieras de los padres, quienes se habían endeudado para financiar la operación en los EE.UU.
El pasajero, un jasid de Bobov, que viajaba con un grupo de decenas de jasidim que volvían a Eretz Israel luego de asistir a la boda de la hija del Bobover Rebe, se sintió profundamente conmovido por la historia. Al enterarse de las dificultades financieras de los padres, él fue, persona por persona, recolectando dinero para ayudar a solventar los costos médicos. Así pudo reunir 5.000 dólares en el acto. Cuando una pareja no religiosa se enteró del proyecto de reunir fondos especiales, el esposo le entregó 1.000 dólares al recaudador.
Cuando el avión aterrizó en el Aeropuerto Ben Gurión, se acercó una ambulancia de la organización filantrópica Ezra L’Marpe, que transportó al niño y a su familia hasta el Hadassa.
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