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Cuando lograron conseguir formar un estado judío en Eretz Israel, antes de construir y establecer sus comunidades, la primera regla fue NO prestarle atención.
Hay un dicho de nuestros Sabios que dice:
“Cuando el pueblo judío asciende, llega hasta el Cielo;
pero cuando desciende, desciende hasta las profundidades”.
Lamento tener que escribir esta semana sobre un hecho vergonzoso.
Es imposible olvidar que antes del establecimiento del estado judío, cuando el movimiento sionista secular apareció en el mundo judío con sus ideas seculares, sus líderes hablaron contra el judaísmo. Antes de instalarse comenzaron a arrancar sistemáticamente el estilo de vida de la Torá – todo aquello que pertenecía a la religión. Comenzaron una lucha oficial y extraoficial en contra del judaísmo religioso. Querían construir la idea de que el pueblo judío tenía un nuevo camino – un camino secular – y que el pueblo judío es una nación como cualquier otra.
al estilo de vida tradicional del pueblo judío, un estilo de vida que tuvo durante todos los años en la diáspora. El nuevo estilo de vida estaba basado en olvidar mitzvot, plegarias y el estudio de la Torá. Las grandes discusiones políticas acerca de ser derechista o izquierdista, con más o menos extremismo, pasaron a ser el principal interés del pueblo judío, ignorando los principios del cumplimiento de las mitzvot que dependían de Eretz Israel.
Recordamos al partido antirreligioso de Shinui que no está más en la Knesset porque no recibió la cantidad necesaria de votos. Quién puede olvidar que ni bien asumió el Ministro del Interior del Estado Judío, que en aquel entonces era del partido Shinui, ordenó que las letras “Beis Hei” – que significan Bendito sea Hashem – sean removidas de las hojas oficiales del Ministerio del Interior. Este es sólo un ejemplo de la actitud antirreligiosa del partido Shinui.
La historia judía demuestra que incluso en los momentos más oscuros de nuestra diáspora, nosotros los judíos fuimos capaces de existir gracias al cumplimiento de las mitzvot y el estudio de la Torá. Nuestra historia nos cuenta que incluso en las situaciones más difíciles, el hecho de cumplir con nuestra Torá y nuestras mitzvot le permitió a nuestra nación seguir existiendo.
Al recordar los años que transcurrieron desde el establecimiento del estado, suspiramos con amargura al ver la situación tal como está descrita en Tehilim: “Durante años he reñido con esta generación y dije: se trata de personas que pecan en sus corazones y no reconocen Mis caminos”.
Nunca antes en la historia del estado judío – que ya tiene cerca de 60 años – hubo una lucha tal entre el Primer Ministro y el Revisor de Cuentas del Estado como la que se está llevando a cabo ahora. Generalmente el Revisor de Cuentas del Estado es considerado como alguien que está por encima de las riñas insignificantes y sus palabras son respetadas. Resulta chocante la manera en la cual el Primer Ministro y el Revisor de Cuentas discuten y se hablan entre sí. Nunca antes hubo una situación parecida.
Es interesante que uno de los jueces retirados de la Corte Suprema haya escrito en un artículo que el Estado de Israel está al borde del precipicio y no está claro de qué manera puede salvarse. El ciudadano común no tiene otra alternativa que creer en esta actitud a pesar de lo deprimente que resulta.
Al hacerle creer a la gente que somos una nación como cualquier otra se llegó lentamente a esta situación en la que estamos ahora. Como judíos, como ciudadanos, nos sentimos avergonzados de lo que está sucediendo en el liderazgo del estado judío, comenzando por el Presidente, el Primer Ministro, el ex Ministro de Justicia, el Ministro de Finanzas y otras personas que ocupan puestos importantes en el gobierno. Están siendo sometidas a investigaciones criminales. Muchas de ellas fueron acusadas, entre otros crímenes, de haber aprovechado sus puestos para usar dinero público y promover sus propios objetivos. No quiero entrar en detalles porque son realmente vergonzosos.
El liderazgo secular del estado judío está espiritualmente quebrado y ha actuado de manera incorrecta. Como dicen nuestros Sabios: “Cuando desciende, desciende hasta las profundidades”.
Si hubiesen cumplido con los mandamientos de la Torá todo esto no hubiese ocurrido – que los líderes seculares del estado judío actúen de manera incorrecta llevándonos a esta situación tan vergonzosa. Opino que esto demuestra la bancarrota en la cual se encuentra el liderazgo secular.
Cuando el pueblo judío respeta la Torá, cumple las mitzvot y vive en Tierra Santa haciendo todo lo que la vida en Tierra Santa demanda de nosotros, es posible ver la belleza de la vida. Ahora, después de que los seculares se han alejado tanto de la Torá y la Halaja, nos sentimos avergonzados.
Recordemos que hace años, cuando uno de nuestros líderes en el estado judío obtuvo un alto puesto, fue al Muro de los Lamentos a expresar desde lo más profundo de su corazón su gratitud hacia Hashem y pidió Su ayuda para seguir adelante. Esta actitud está muy alejada de la actitud de los líderes actuales que están siendo sometidos a investigaciones criminales. Estamos avergonzados. Es una desgracia para nuestra nación. Es una desgracia para nuestra generación.
De una vez por todas nosotros, los judíos religiosos – que cumplimos las mitzvot – tengamos el derecho de llorar y reclamar:
Hermanos, regresen hacia la religión; respeten los principios religiosos y podremos escapar de todos estos asuntos vergonzosos.
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