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Estamos en vísperas de Pésaj. Y en Pésaj recordamos también a las víctimas de la Shoá y al levantamiento del gueto de Varsovia, que tuvo lugar precisamente la noche de Pésaj. Sin embargo, antes del Holocausto de seis millones de judíos cometido por los nazis, hubo históricamente otros genocidios contra nuestro pueblo.
En un artículo periodístico aparecido recientemente en Haaretz, su autor, Ronen Dorfan relata que, precisamente en Alemania, el lugar donde se gestó la nefasta ideología nazi, se acaba de estrenar una serie televisiva llamada “Los Judíos-Historia de una Nación”, que si bien no es una enumeración completa de todos los aspectos que comprende el pueblo judío, es la primera en su género, creada en Alemania, que se acerca tanto a la verdad y a una auténtica comprensión del tema.
Luego de los primeros capítulos, que tratan de los tiempos de la Biblia, la Mishná y el Talmud, la serie realiza una exposición detallada y precisa de todo lo que podría considerarse expresiones de odio injustificado y crueldad inhumana de parte del mundo cristiano hacia los judíos de Europa.
Gran cantidad de documentación fue recogida, con muchas dificultades a veces, para testimoniar sobre la Inquisición, la legislación anti-judía de la Rusia zarista y la masacre cometida por los nazis.
Quien ideó la serie de cinco capítulos de 50 minutos cada uno –cuya producción requirió una inversión de 1.5 millones de euros- hizo el guión y la dirigió, se llama Nina Koshofer, tiene 38 años, y aunque ella no es judía, a los 11 años descubrió que su abuelo había sido dado de baja del ejército alemán durante la segunda guerra mundial luego de haberse descubierto por casualidad que su padre era judío. El fue asesinado en Auschwitz.
Más que centrarse en el Holcausto, Koshofer trata de enfocar todo lo referente a la matanza de judíos en los países cristianos de Europa, dando la sensación de que el Holocausto no fue el punto de partida de la persecución sino una continuación de la misma. Ella lo explica diciendo que se trata de una cuestión de xenofobia que comenzó aún antes de que se creara el cristianismo, cuando el pueblo judío rechazó la cultura griega. No obstante, considera que en muchas iglesias, principalmente de Europa Oriental, aún persiste una historia ritual de Judas Iscariote, por lo cual no se debe desestimar el odio que despertaron las Sagradas Escrituras en el mundo cristiano.
En la serie se muestra al padre de la Reforma dentro del cristianismo, Martin Lutero, quien en los comienzos de su carrera sentía una cierta simpatía hacia los judíos, pero que más tarde cambió su punto de vista y llamó a la destrucción de los judíos, a la demolición de sus hogares y a la usurpación de sus propiedades. En el siglo 20, el ministro de propaganda nazi, Josef Goebbels, hizo un uso directo de estas palabras de Lutero.
Otro de los temas está referido a la masacre de judíos llevada a cabo por los cruzados a fines del siglo 11. También se describe el período de la Plaga Negra y las torturas que sufrieron los judíos para que confesaran que ellos habían sido los que habían envenenado las aguas de Venecia. Incalificables torturas se infligieron a decenas de judíos para que confesaran sobre una acusación totalmente infundada.
Koshofer confiesa que la historia que más furia le provocó, y que era la que menos conocía, fue la de los horrorosos actos de los cosacos contra los judíos durante los pogroms de Chmelnitzky, que tuvieron ribetes de maldad y crueldad inusitados. Y las escenas que relatan estos episodios son verdaderamente conmovedoras.
No obstante, la autora manifiesta no haber tenido la intención de crear una serie referida exclusivamente al odio y la crueldad contra los judíos, sino haber intentado realizar un balance entre estos temas y muchas otras situaciones en las que existieron lazos de muy buena vecindad entre judíos y cristianos. “Creo que estamos viviendo en una generación que conoce muy poco sobre los judíos y para muchos de los que verán la serie, será la primera vez que tengan un encuentro con el judaísmo”, dice. Y agrega: “A veces camino por las calles de Colonia, y veo el stolpersteine (un proyecto artístico realizado con piedras por un artista alemán, que puso placas con el nombre de las familias judías que vivieron allí en lo que habría sido la entrada a sus hogares). Es un trabajo monumental. Del mismo se puede extraer que en ese lugar, alguna vez existió una fábrica de vida. Y es esto lo que ha perdido la cultura germana”.
Como dice el autor de la referida nota, Ronen Dorfan, hay una pequeña lista de cosas que no están incluidas en la serie: una pintura más detallada de Hitler y del Tercer Reich (sólo ocupan dos o tres minutos en total), el mito de la genialidad judía, el mito del dinero de los judíos, el humor y la creación artística, el debate entre Israel y los palestinos, etc.
Sin embargo, y aunque tal vez no aporte nada nuevo al conocimiento que tenemos nosotros de nuestra propia historia, y aunque la propia autora reconozca que puede haber una gran simplificación en el relato de muchos hechos, no deja de tener importancia la finalidad de acercar al mundo gentil datos que le permitan armar una historia un poco menos prejuiciosa sobre el pueblo judío. Sobre todo en Alemania, donde aún existe el fenómeno del neonazismo, pese a las excelentes relaciones que ese país tiene hoy con Israel, y pese a que buena parte de la dirigencia y de la población dan constantes muestras de arrepentimiento histórico por el horror inferido al pueblo judío en los tiempos del Tercer Reich.
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