Consideran que todo esta bien y se dejan arrastrar por la inercia que solo agrava los males.
Debemos realizar un diagnostico sincero y desapasionado de toda la actualidad comunitaria, dejando de lado teorías partidarias fracasadas de derecha e izquierda. No hay lugar ni tiempo para contemplar mezquinos intereses personales ni partidarios, el momento urge actuar con determinación y valor, considerando todos los aspectos comunitarios y sus necesidades.
No se convoca al dialogo amplio y esclarecedor para encontrar coincidencias y actuar conjuntamente.
Las autoridades surgen de acuerdos políticos que manejan unas pocas personas sin representatividad, en una parodia de elecciones democráticas, designando a dedo a quienes aprobaran todas las propuestas presentadas sin debate ni oposición, para que todo siga igual, de mal en peor.
No existe un proyecto de “Kehilá” en el que se definan objetivos de acuerdo al momento que vivimos.
Una “Kehilá” autentica debe proveer a sus miembros de todas sus necesidades en forma integral y a la que se acerquen sus miembros en busca de soluciones y ayuda de todo tipo, no solo una pequeña parte de la comunidad de conocidos y amigos , debe buscarse y acercar a la mayoría que están lejos de las instituciones y hasta las desconocen.
Asimilación y educación: dos temas inseparables.
La creciente asimilación en todas sus formas es producto del desconocimiento de nuestra identidad y de la educación deficiente que se imparte en la gran mayoría de los colegios de la red escolar de AMIA, a los que cada vez concurren menos alumnos, produciéndose año a año cierre de los mismos que ya integran una larga lista que debe avergonzarnos.
La falta de programas de estudio que afiancen nuestra identidad y continuidad son los culpables al igual que la mayoría de niños y jóvenes que nunca concurrieron a un colegio judío.
Se han intentado mejorías mediante planes llegados desde Israel, como el programa de “excelencia educativa”, con una gran inversión económica en varios colegios como prueba piloto, fracasando rotundamente y despilfarrando fondos tan necesarios.
Nuestra historia no arranca con el sionismo político moderno, ni con el holocausto, no con el actual estado de Israel como muchos entiendes.
Somos una nación única, exclusiva, con 3800 años de vida y continuidad, orgullosos en todos los tiempos de nuestra identidad, fieles a las normas recibidas en Sinai, por nuestro maestro Moisés, no tratándose de cuestiones religiosas, sino de leyes de vida y justicia para una convivencia solidaria, en Paz y Feliz, que la actual conducción se complace en negar y reformar obteniendo resultados catastróficos, con la perdida de grandes masas de nuestra comunidad, devorados por la asimilación en todas sus formas.
Debemos replantear los programas de estudios en todos los niveles de al red escolar, volver a las fuentes, estudiar para saber que es un judío y como debe vivir para mantener su identidad y transmitirla a sus hijos y nietos.
Es urgente e indelegable.
Apartarse de las frivolidades e ideologías ajenas fracasadas.
Ejemplo típico es el “departamento de cultura” de AMIA, que supone cultura judía, afianzar nuestra identidad y mantener fresca la historia de nuestro pueblo.
Basta con observar los programas mensuales de dicho departamento, cada vez mayor cantidad de eventos frívolos y fuera de lugar, cine, teatro, cocina, etc. y judaísmo solo por casualidad. Consideramos que es un departamento innecesario que solo produce gastos para atraer algunos ancianos que luego votaran por quien se les indique. Existen también otros gastos y actividades innecesarias en AMIA.
Se pretende sostener instituciones obsoletas
Que no prestan ninguna utilidad a la comunidad, y necesaria a las autoridades de turno para repartir cargos.
La excusa es el vinculo con Israel, promover la aliá, ocuparse de la juventud, etc.
No es necesaria, cada judío debe conocer por su educación y el ejemplo visto en su hogar su identificación con Israel y su orgullo judío, entendido racionalmente, plenamente convencido.
La comunidad fragmentada
Con el inmenso dolor presente de los atentados a la Embajada y a la AMIA y en el país de la impunidad, seguimos reclamando justicia, ese reclamo se debilita al provenir de diferentes sectores y no de toda la comunidad unida, además debemos meditar a quienes pedimos justicia.
Los israelitas reconocemos un juez supremo insobornable e infalible. Habrá justicia para las victimas inocentes, no mediante procesos que declaren la inocencia de los culpables, sino a través del juez supremo que hará valer su poder.
La situación en tierra santa.
Nos relata nuestra historia que al tomar posesión de la tierra prometida luego del éxodo de Egipto, nos establecimos, habiendo bienestar y riquezas, hace unos 3300 años, siendo gobernados por jueces. Ese bienestar determinó el alejamiento de la forma de vida que debía vivir la nación israelita y comenzó a ser atacada por los filisteos (Plishtim), que habitaban el Istmo de Suez a orillas del Mediterráneo al sur de Israel, castigos por sus transgresiones. Recién después de 300 años surge el Rey David, ungido por Samuel, ultimo juez y primer profeta, David aun joven derrota a Goliat, organiza un ejercito, libera a Israel de sus enemigos y reordena la vida espiritual del país basada en el respeto a la Torá y el cumplimiento de los preceptos, por su fidelidad al creador y a su nación es designado como de quien descenderá en forma directa el redentor de toda la humanidad. David logró el reconocimiento de todas las naciones del mundo y el acatamiento a la ley Divina, comenzando la construcción del “Bet Hamikdash”. Con el muro occidental, actualmente existente, pues sus obras eran indestructibles, pero no se le permitió concluir las obras por su participación en numerosas guerras, completando las tareas, e inaugurando el mismo su hijo, el rey Salomón, durante cuyo reinado de 40 años continuo la vida judía plena en todo Israel y un riguroso acatamiento a la ley Divina, única época de la historia de la humanidad en que no hubo guerras en el mundo, ya que cualquier conflicto se recurría a la consulta del Rey Shelomó, quien dotado de una sabiduría superlativa mediaba y administraba justicia de acuerdo a la voluntad Divina y su ley (La Torah).
No será tiempo de mirar para atrás y volver a nuestras fuentes, única verdad y justicia posible.
La nación israelita debe asumir su postergada responsabilidad de ser ejemplo y transmitir a la humanidad la verdad autentica de la ley Divina, comenzando por terminar las torpes rencillas internas, y actuar en consecuencia.
Los hechos actuales en nuestra querida tierra santa, terrorismo, muerte, destrucción, sin vislumbrar solución para estas repetidas situaciones desde la creación del estado de Israel, que no trajo paz ni soluciones esperadas.
Detrás de todo acontecimiento esta el control Divino, lo que ocurre no es casual sino causal.
¿PORQUE TANTO ODIO?
¿PORQUE TANTAS MUERTES?
¿POR QUE TANTAS GUERRAS?
Busquemos la repuesta, tengamos valor de hacerlo.
Deseamos esclarecer y realizar una critica constructiva para preservar nuestra identidad.
Invitamos a quienes no están de acuerdo con lo expuesto a plantearnos sus discrepancias, esta columna esta y estuvo siempre abierta al dialogo, lamentando no poder entablar lo que ya sea la paz para Israel y el mundo.
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