De los innumerables misiles Kasam que cayeron en territorio israelí pocos fueron los que alcanzaron los blancos fijados por aquellos que los lanzaron, a saber, los palestinos.
Posiblemente eso se deba a que sus instrumentos sean primitivos y no les permitan guiar a los misiles con mayor precisión.
Pero en numerosos casos no podemos menos que constatar la evidencia de la intervención directa de la Divina Providencia, que ha hecho milagros.
Esta es la única conclusión a la que se puede arribar cuando se trata de comprender lo que sucedió en la Ieshivá Tijonit de Sderot: en esa oportunidad el Kasam cayó exactamente encima de una de las aulas de dicho establecimiento sin explotar.
¡Pero el milagro fue que los alumnos se encontraban en ese momento en la sinagoga, terminando de rezar la oración matinal!
Felizmente ningún niño resultó afectado, y en Sderot se dice que los servicios de seguridad delegan su trabajo en D”s, dado que en la zona no existe ningún tipo de protección instalada contra la caida de esos artefactos, y pese a las protestas de los docentes y de los padres de los alumnos, sólo los milagros pueden actualmente proteger a la Ieshivá Tijonit y a los demás establecimientos escolares de la región.
Sin embargo, no se pierden las esperanzas de que las cosas cambien alguna vez. Faltaría agregar que el nuevo ministro de Defensa, Amir Peretz, es un habitante de Sderot…
El se ha comprometido públicamente a hacer que se activen los trabajos de protección a partir de ese hecho que hubiera podido, D”s no lo permita, ser fatal para decenas de niños.
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