La misión del Comité Central Electoral que debía aprobar las listas de candidatos de los diversos partidos que se presentarían para las próximas elecciones parlamentarias a realizarse el próximo 28 de marzo de 2006, llegó a su fin. Más de 20 listas fueron presentadas, y cada ciudadano con poder de voto tendrá que decidir a cuál de todos estos partidos irá a elegir.
En las elecciones pasadas la gente sabía qué cosas apoyaba cada partido. Sin embargo, en los últimos tiempos ha habido tanta revolución –e incluso tanto caos- en los partidos, que resulta difícil para el votante conocer a favor de qué principios está cada uno de ellos.
El Primer Ministro Sharon, quien encabezaba el Partido Likud en las últimas elecciones, abandonó su partido y creó uno nuevo: el Partido Kadima. Desgraciadamente, Sharón sufrió varios infartos masivos, y debió ser operado en muchas oportunidades y aún permanece en estado de coma. Deseamos que tenga una pronta “refuá shleimá”, una recuperación de su estado de salud.
El Sr. Shimon Peres, quien representaba al Partido Laborista, ya no pertenece más al mismo.
El nuevo Partido Kadima ya no está encabezado por el Sr. Sharón sino por el Sr. Ehud Olmert, quien nunca gozó de mucha popularidad. Y en vistas de que ésta será la primera de las elecciones en las que se presentará, no podríamos asegurar cuán exitosa podrá ser la actuación del Partido Kadima.
El Partido Shinui, anti religioso, que obtuvo 15 bancas en las últimas elecciones, se dividió.
Entre todas las listas presentadas al Comité Electoral para las elecciones venideras para la Kneset, hay dos que cuentan entre sus candidatos a ex miembros del Shinui: una de las listas se denomina Shinui y la otra Sionistas Seculares. Tengo la impresión de que la gente del Shinui está muy lejos de conseguir el éxito que logró el Partido anterior en las últimas elecciones. Ya hemos visto cómo desaparecían los partidos anti religiosos, tarde o temprano, y en este caso pareciera que va a ser, más bien, “temprano”.
Gracias a D-s, Agudat Israel y Deguel HaTorá siguen compartiendo la misma lista del Judaísmo Unido de la Torá, como anteriormente.
La pregunta que se nos plantea ahora es si nosotros, como judíos religiosos, hemos aprendido algo respecto de por qué fracasamos en las elecciones anteriores. Si hubiéramos obtenido más bancas no tendríamos que estar como ahora enfrentando los terribles decretos que fueron llevados al Parlamento por Shinui durante el último mandato de la Kneset. Shinui tuvo la osadía de presentar proyectos de leyes tan anti religiosas como nunca antes en dicho foro alguien podía haber soñado hacerlo.
A D-s gracias, nuestras Ieshivot y escuelas de enseñanza de Torá están repletas de estudiantes. Apenas se abren nuevas escuelas, se agotan las vacantes. No obstante, los elementos anti religiosos del gobierno siempre tratan de no hacerse cargo de la situación de matriculación en las escuelas religiosas. Por ejemplo, recientemente pretendieron eliminar los subsidios para el transporte de chicos de escuelas religiosas y estuvieron amenazando con no proveerles de un almuerzo caliente a los chicos de escuelas jaredíes.
Nosotros podemos ver que, gracias a D-s, está creciendo en forma importante, numéricamente, la población religiosa.
Todo aquél que esté en condiciones de votar en las próximas elecciones debería elegir al Judaísmo Unido de la Torá –Agudat Israel y Deguel HaTorá, para permitirles poner fin a los decretos que fueron impuestos por medio de la influencia del partido Shinui.
En el pasado período de la Kneset, el Judaísmo Ortodoxo debió atravesar momentos muy amargos en los que se vieron afectados los más sagrados de nuestros principios sagrados.
Los decretos en contra de las familias numerosas condujeron a una situación en la que cientos de miles de niños están actualmente sufriendo por no tener cubiertas sus necesidades básicas. Esta situación debe cambiar y puede cambiar si todo el Judaísmo Ortodoxo vota la lista del Judaísmo Unido de la Torá en las elecciones venideras.
El Judaísmo Ortodoxo puede poner fin a todos esos decretos, y deseamos que ellos pronto sean eliminados, si el Judaísmo Unido por la Torá realiza una buena elección el próximo 28 de marzo.
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