El pueblo judío cree en lo siguiente: “Ein adam nokef etzba lemata im lo majrizim alav milemala”.
Esto significa: “Un hombre no puede lastimarse un dedo aquí, en la Tierra, a menos que se haya decretado en el Cielo”.
Esta creencia, esta enorme fe, es algo que llevamos a lo largo de toda nuestra vida.
Los días de las Altas Fiestas –precedidos por el mes de Elul, con los días de Selijot, los de Rosh Hashaná, los diez días de penitencia, el gran dia sagrado de Iom Kipur, y su continuación en Hoshaná Rabá – llenaron nuestros corazones y nuestras mentes con el significado de rezarle a D-s, porque sólo existe Uno bajo cuyo control está todo lo que acontece en el mundo.
En el transcurso del año pasado tuvieron lugar eventos extraordinarios.
Los hechos que ocurrieron en el pasado reciente –el Tsunami, hace menos de un año atrás, los huracanes, hace pocas semanas y el terremoto de hace algunos días – fueron impresionantes.
La inusual fuerza del Tsunami, en el Sudeste de Asia, dio por resultado la muerte de miles de personas.
El terrible huracán que asoló Nueva Orleáns y los estados vecinos, dejó tras de sí a dos millones y medio de personas sin hogar.
En cuanto al devastador terremoto que tuvo lugar en Pakistán, carecemos aún de las cifras definitivas de pérdidas humanas. Dia a dia nos llegan informaciones de más gente que fue encontrada sin vida.
Si recorremos los titulares de las noticias de los diarios de todo el mundo, nos resultará imposible comprender qué es lo que ha estado sucediendo, excepto que sabemos que “Un hombre no puede lastimarse un dedo aquí, en la Tierra, a menos que se haya decretado en el Cielo”.
Esto nos convence, sin lugar a dudas, que todo esto fue hecho por D-s Todopoderoso.
El pueblo judío está vinculado en cuerpo y alma a las plegarias.
¿Quién podría dudar ahora, luego de las terribles escenas que sucedieron hace muy poco tiempo, que nuestra existencia misma depende de las plegarias?
El gran mashguiaj, Gaon Reb Jazkel Levenstein, zt”l, señaló que el gran Cohen Gadol, el Sumo Sacerdote, en el dia sagrado de Iom Kipur, mientras se encontraba en el Sanctasanctorum, rezó para que Hashem no prestara atención a las plegarias de los viajeros que habían quedado varados por una lluvia torrencial, y que pedían a D-s que hiciera dejar de llover.
(Aunque necesitemos que llueva, los viajeros ruegan, naturalmente, que no llueva)
La plegaria del Cohen Gadol era la siguiente: “Sea Tu deseo, Hashem, D-s nuestro y de nuestros patriarcas, respecto a este año que se avecina para nosotros y para todo Tu pueblo de Israel, estén donde estén, que si va a ser muy caluroso, permitas que llueva.
No dejes que las plegarias de los viajeros ingresen a Tu Presencia...”
Reb Jazkel Levenstein, zt”l, preguntó: ¿Es esto tan importante como para que el Cohen Gadol rece por ello en Iom Kipur, en el Sanctasanctorum?
El explicó que esto muestra que los viajeros que pedían que pare la lluvia entendían que sólo D-s podía ayudarlos.
Así como entendían que es D-s el que manda la lluvia, también entendían que sólo D-s puede hacer que pare de llover. Por lo tanto, los viajeros le rezaban directamente a Hashem.
Nosotros deberíamos saber que todo lo que acontece viene de Hashem.
Este es el significado de lo que dicen nuestras plegarias:
“D-s Todopoderoso, todo lo que acontece está hecho por Ti.
El único que puede ayudarnos eres Tú, Hashem. Hashem, por favor, ayúdanos”.
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