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Seymour Toffel, Nueva York
La sinagoga ortodoxa más antigua de Miami fue clausurada recientemente, pero en poco tiempo el Museo Judío de Florida compró el edificio.
El museo compró la propiedad del año 1928, hogar de la comunidad de Beit Iaakov, por 2,5 millones de dólares. La comunidad se dispersó luego del último servicio de Shabat con la parashá Shelaj Leja.
La misión del museo es contar la historia de los dos siglos de vida judía en Florida. Fue establecida en 1995 en otra propiedad de Beit Iaakov que queda al lado.
Para los últimos 22 miembros de Beit Iaakov la compra mantendrá viva la memoria de una comunidad que supo ser próspera, según dijo Jonathan Nelson, presidente de la congregación.
“Es un momento triste y feliz a la vez”, dijo Nelson. “Es el final de una era de muchos recuerdos. Pero el edificio seguirá siendo una institución judía y preservará nuestra historia”.
En 1980 unas 800 personas participaban de los servicios de los Iamim Noraim en el lugar.
Pero los jóvenes comenzaron a mudarse a Kendall y Boca Raton, dejando que la congregación envejezca y se apague. Durante el último Rosh Hashana sólo 20 personas participaron de los servicios.
“Los miembros más veteranos fallecieron o están en geriátricos”, dijo Nelson. “Cuando nos quedamos sin gente, decidimos cerrar”.
Después de aquella última tefilá se realizó un elaborado kidush: cholent, humus, frutas y verduras, guefilte fish casero, dos tortas, ocho jalot, vino y jugo de uva.
“Decidimos cerrar con un estallido”, dijo Nelson. “Que quede el recuerdo que el último servicio fue muy especial”.
La comida estuvo presente también en la reciente transferencia de la propiedad: en la recepción del edificio de Beit Iaakov el personal del museo sirvió kuguel, atún, ensalada de pescado, guefilte fish y jalá.
Mientras tanto se está restaurando el escenario original de Beit Iaakov.
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