Robert F. Maguire Jr., que en 1948 encabezó una misión aérea peligrosa que transportó 40.000 judíos a Israel, falleció el 10 de junio. Tenía 94 años. Maguire, oriundo de Pórtland, Oregon, descendente de irlandeses y británicos, era un veterano de la Segunda Guerra Mundial que trabajaba para Alaska Airlines cuando la compañía aceptó trasladar refugiados judíos del Yemen al recién establecido estado. El Comité de Distribución del Joint de Norteamérica que acompañó al Alaska Airlines en la misión, la nombró “Operación Alfombra Mágica”, después de que las autoridades religiosas del Yemen aceptaron virtualmente dejar que toda la población judía deje el país.
La operación no se dio a publicar por la preocupación de que los ejércitos árabes intenten interceptar los aviones que cruzaron 4.800 kilómetros por encima de territorios árabes.
Unos 28 pilotos volaron al mismo tiempo. Les dispararon pero, gracias a D-os, ningún avión se vio dañado y no se perdió ni una sola vida en 380 vuelos. Cuando Alaska Airlines se retiró del programa, unos meses más tarde, Maguire lo mantuvo creando Near East Air Transport con aviones comprados o arrendados.
Maguire dijo en una entrevista el año pasado que estaba motivado por la aventura más que por el dinero, pero nunca olvidó la gratitud de los judíos yemenitas. Cantaban y bendecían mientras volaban a Israel. “Era tan emocionante que es imposible olvidarlo”, dijo.
El año pasado Maguire recibió una medalla de valor del Centro Simón Wiesenthal. Rabi Marvin Hier, fundador decano del centro, señaló el hecho de que la mayoría de los pilotos que participaron del Operativo Alfombra Mágica eran israelíes. “No resultó ser un conflicto para él”, dijo Hier, agregando que “arriesgó su vida todos los días”.
Antes del Operativo Alfombra Mágica, Maguire ayudó a transportar refugiados judíos de China a Israel por medio de un contrato con organizaciones de socorro y las Naciones Unidas. Después del operativo, llevó a miles de judíos más de Irak e Irán al nuevo país en lo que se llamó “Operativo Ali Baba”.
A principios de los 50 Maguire perdió su licencia de piloto comercial después de contraer una enfermedad cardiaca. Se mudó a California donde comenzó un negocio inmobiliario.
Su hijo, Robert F. Maguire III es el presidente y codirector ejecutivo de Maguire Propiedades, la inmobiliaria más grande de Los Ángeles. Entre las propiedades que tienen está la torre del US Bank, que mide más de 300 metros de altura y es el edificio más alto al oeste del río Mississippi.
Maguire además tiene dos hijos más, Gil y Alix, ocho nietos y ocho bisnietos.
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