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Señor Director de La Voz Judía:
Solicito sea publicada la carta que acompaño, cuyo original he remitido a la comisión directiva de AMIA.
Quedándole agradecida me despido muy atentamente.
Buenos Aires, 5 de julio de 2005
Sr.Presidente de la AMIA, Dr. Luis Grynwald
y Honorable Comisión Directiva
De mi consideración:
Me dirijo a Uds. con el fin de transmitirles mi profundo malestar ante la noticia de que la institución que ustedes conducen acaba de editar un libro que, a mi entender, es absolutamente contrario al espíritu que debe tener la AMIA, como centralizadora de la vida judía en la Argentina. Me refiero al libro “La ecología en la Biblia”, de cuya existencia me enteré a través de uno de mis hijos.Quiero aclarar que tengo dos hijos adolescentes que concurren a una escuela judía. Mi casa no es estrictamente observante, pero tenemos respeto por las tradiciones y los valores de la vida judía, y es lo que decidimos transmitirles a nuestros hijos, por lo cual los enviamos a escuelas de la red escolar judía.
Con esa confianza en la educación judía que centraliza la AMIA, a través del Vaad Hajinuj, pensamos siempre que la escuela sería una continuación de los valores que nuestros hijos reciben en casa. Pero dias pasados, uno de mis hijos trajo a casa la novedad de que había “un libro de la AMIA” en el que se contaba una versión totalmente distinta y contraria a la que venían estudiando, sobre la historia judía, es decir sobre los hechos que estudiamos en la Torá. Por ejemplo, que las diez plagas que D-s envió sobre los egipcios y el Faraón no eran más que catástrofes de la naturaleza, o que Iosef especulaba para hacer mejores negocios, o que, incluso no se sabía siquiera si Moshé Rabeinu había existido ni si nuestro pueblo había vivido en la esclavitud en Egipto. Como imaginarán, mi hijo vino con una tremenda confusión, preguntando quién, entonces, dice la Verdad, si el libro o sus padres y todos los maestros que hasta la fecha le enseñaron lo que todos conocemos.
Estas versiones revisionistas sobre la historia no son nuevas. Yo misma, siendo alumna de la Escuela Rambam, hace años, cuando esa escuela era un modelo de institución en todos los sentidos, pasé una vez por una experiencia similar. Uno de mis compañeros trajo a la clase de Tanaj un libro de ese estilo y se lo mostró al profesor. Y el profesor lo miró, lo hojeó y lo cerró, y dijo “aquí la historia que nosotros estudiamos es la que está en los libros sagrados”.
Señores directivos, yo pienso que cada uno es libre de escribir y de leer lo que le de la gana. Con lo que no estoy de acuerdo es que la AMIA sea la que edite esos libros, ya que la AMIA es la que debe cumplir la función de difundir los valores y la cultura judía, y de luchar contra la asimilación. Y que con el sello de la AMIA salga en ese tipo de publicaciones no le hace nada bien a la continuidad judía. Según mi modesto entender.
Gracias por su atención.
Graciela Lipski
DNI 12.045.791
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