Los verdaderos motivos del angustiante Plan de Desconexión, que el Primer Ministro Sharon se empeña en llevar a cabo, están siendo investigados por la Comisión Central de Contralor del Estado, de la Kneset.
En una de sus sesiones, el ex Jefe de Estado Mayor de Tzahal, Teniente General Moshé Yaalon, dijo que nunca antes de ser anunciado a través de los medios se había realizado ningún tipo de discusión profunda ni se había planteado un trabajo concienzudo respecto al plan de desconexión.
Yaalon dijo que el proceso comenzó en el verano de 2003, cuando se sugirió la idea de evacuar uno o dos asentamientos de la Franja de Gaza, y que la primera vez que él escuchó hablar del proceso de evacuación de toda la Franja de Gaza y de los asentamientos del norte de Samaria, fue mucho más tarde.
Yaalon aseguró haberse enterado oficialmente de la existencia del plan de desconexión, por vez primera, dos semanas después de que la prensa se encargara de difundirlo. Y agregó que, sólo después de que la oficina de Sharon llegara a un acuerdo definitivo respecto del plan con los americanos, se le entregó a él, en su calidad de Jefe de Estado Mayor de las fuerzas armadas, un programa ya concluido, y se le pidió que analizara sus riesgos y sus posibilidades de éxito. Yaalon dijo que los americanos y los egipcios conocían el plan antes que el propio ejército israelí.
El presidente de la Comisión, el miembro de la Kneset Y. Shtern, declaró, sin tapujos, que la forma como son tomadas las decisiones en el gobierno es catastrófica.
El Primer Ministro fue citado para presentarse ante la Comisión, pero se negó, alegando que se trataba de una discusión de tipo político y que no estaba fundada en ningún informe del Inspector General.
Dos famosos periodistas, Raviv Druker y Ofer Shelah, publicaron un libro titulado “Boomerang”, en el cual sugieren que a Sharon se le ocurrió el plan de desconexión como forma de eliminar la presión proveniente de las investigaciones criminales que existen contra él y su familia. Los autores del libro aseguran que Sharon estaba convencido de que el ex Procurador General Edna Arbel y el actual Procurador General Menajem Mazuz, lo iban a incriminar por su participación en el escándalo de la Isla de Grecia, y que entonces él intentó apelar a sus convicciones políticas como forma de zafar de las acusaciones. Los autores acusan a Sharon de haber armado el plan tomando en cuenta consideraciones políticas y no por el bien del pais.
Druker y Shelah pusieron al descubierto asuntos que habían permanecido ocultos para el público en general. De hecho, fueron las revelaciones hechas en su libro las que condujeron a la investigación de la Comisión Central de Contralor del Estado, de la Kneset, que mencionamos al comienzo.
Estos descubrimientos le están creando muchos dolores de cabeza al Primer Ministro Sharon, y cada nueva revelación, y cada nuevo detalle que aparece, lo comprometen más y más.
La situación es verdaderamente muy terrible. Al parecer, existen importantes preparativos por parte de los sectores anti-desconexión, para convulsionar fuertemente al pais.
Aún cuando cada vez se descubren más y más detalles respecto a arreglos hechos detrás de las bambalinas, no parece ser posible derribar al gobierno. Para poder hacerlo, es necesario que una mayoría de 61 miembros de la Kneset (sobre un total de 120), voten en contra del gobierno, sin importar que el número de miembros presentes al momento de la votación pueda ser muy pequeño.
No tengo dudas en afirmar que me siento avergonzado por las maniobras de las autoridades del gobierno. El Primer Ministro Sharon no es más, con toda seguridad, el General Sharon, que luchó con firmeza contra los atacantes árabes, y que jugó un papel de gran importancia al hacernos obtener la victoria sobre el enemigo. El Sharon de la actualidad está cada vez más preocupado por hacer buena letra con los americanos, y cumplir con el plan que ellos establezcan.
Los EE.UU. son un aliado, pero ellos miran la escena con ojos americanos, y tienen un concepto muy diferente respecto a la situación.
Personalmente me cuento entre quienes se sienten muy decepcionados por la forma como Sharon está actuando. Siempre tuve admiración por Sharon como General y como Ministro de Gabinete del Likud, años atrás.
Todavía seguimos soñando con que es posible; es posible que las cosas cambien. Conociendo a Sharon como alguien de paso firme, tal vez sea posible que obtengamos la bendición de que haya algún cambio en su actitud.
La situación en el gobierno de Sharon es complicada , y da la sensación de que nos encontramos en medio de un caos.
Los partidos representados en la Kneset se encuentran en una situación muy poco clara. El partido Likud está dividido y no apoya la política de Sharon. El partido Laborista está fragmentado; ya no es más el partido Laborista que recordamos de los tiempos en que el Laborismo dirigía el gobierno. El partido Religioso Nacional ha colapsado por completo. Pareciera como si el Judaísmo Unido de la Torá hubiera sido, inconcientemente, afectado por la situación de los demás partidos, y ya no es como hubiéramos querido que sea. Ha vuelto a dividirse en dos partes.
No estoy exagerando si digo que estamos pasando por un período de caos.
Dado que Eretz Israel es nuestra tierra –y que no tenemos ninguna otra- tengamos fe y recemos por que se produzca un gran cambio.
Tiene que haber un cambio, y con la ayuda de D”s, el cambio vendrá.
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