En el Yated Neeman se ha publicado recientemente un artículo extractado del diario israelí Iediot Ajaronot, referido a un nuevo e interesante emprendimiento desarrollado en el seno del judaísmo reformista americano. El texto muestra a las claras a qué extremos lamentables pueden llegar esos grupos.
Dice el artículo: Para una parte de los judíos afiliados al judaísmo reformista y conservador en los Estados Unidos, se trata de verdaderos encuentros sociales: la Bar Mitsvá del perro de la familia. Dichas fiestas se denominan ‘Bark Mitsva’, es decir ‘el ladrido de la mitsvá’.
Los invitados concurren acompañados por sus propios perros y le llevan un regalo al joven candidato a la mitsvá. El perro de la Bar Mitsvá tiene derecho a un hueso como vianda, mientras que a los invitados se les ofrece un menú especial.
Dentro de la comunidad judía americana se ha desarrollado, de esta forma, todo un comercio concerniente a estas fiestas, para las cuales se propone una serie de sugerencias que permitirán celebrar dignamente la ceremonia: un paté de vianda, destinado al perro en cuestión, un sombrero para su cabeza, regalos con la inscripción del nombre del homenajeado para entregar a los invitados, etc.
También se pueden encontrar templos en los que la ceremonia de la Bar Mitsvá se puede organizar, donde los ‘rabbai’ rezan en su honor y le otorgan un certificado al candidato que anda en cuatro patas. Hay quienes también deciden dotar a la ceremonia de un aspecto espiritual, puesto que ella permite reforzar el vínculo entre las familias, la comunidad y los perros.”
El periodista señala, además, que algunos ortodoxos no están muy felices de que se vista, a esas encantadoras bestias, con un talit y una kipá, puesto que les resulta un poquito chocante...
El Yated Neemán hace hincapié en el hecho de que dentro de esta clase de comunidades es donde son convertidos los no judíos que la Corte Suprema de Israel ordenó aceptar en nuestro seno, luego de un breve paso por las mismas: la falta flagrante de comprensión de esa buena gente y de sus “dirigentes espirituales”, no puede menos que inquietarnos respecto a sus actos religiosos en general...
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