Nos acostumbramos a reconocer a la humildad como sinónimo de falta de talento. Solemos catalogar de humilde a aquel que no se valora lo suficiente, aquel que no triunfa, y hasta llamamos «humilde» a aquel hombre pobre, que camina medio encorvado y mirando hacia abajo.
Nuestra Torá describe a Moshé Rabeinu, como el hombre mas humilde de Am Israel. Justo a Moshé, elegido por Hashem, ni mas ni menos, como Guía de Am Israel, desbordante de capacidad y talento, justo de el se dice que fue «el mas humilde»?
Nace aquí una inmensa contradicción, entre lo que identificamos comunmente como humildad y lo que realmente significa en nuestro judaísmo este aspecto tan fundamental de la persona.
Escuche de mi maestro, el Rab Tzemel, la definición mas acertada de humildad. Todo comienza desde el momento en que la persona reconoce que todas las herramientas que tiene para crecer en este mundo, sus valores, su fuerza para superar dificultades y sus talentos, son un regalo de Hashem. Y que tiene el, una meta especial en esta vida, para la cual deberá utilizar todas esas herramientas, del modo correcto. El identifica sus talentos como herramientas para alcanzar su objetivo en este mundo.
La persona humilde, siente que, de acuerdo a todas las herramientas que posee, aun no ha hecho suficiente.
Estamos en la cuenta regresiva de la eliminación del Jametz; ese Jametz equiparado al orgullo de la persona, en contraste con la Matzá que representa el aspecto humilde. Para entender este concepto tan abstracto, el Rab Dorón explica lo siguiente: como sabemos, el mundo esta compuesto por 4 elementos: tierra, agua, fuego y aire.
El Jametz incluye estos 4 elementos: tierra, agua, fuego y aire; en cambio en la Matzá, el cuarto elemento (aire), al no tener tiempo para leudar, no se manifiesta.
El Jametz se infla, llenándose de NADA, aparentando así algo que no es. La Matzá, con idénticos elementos sustanciales, refleja exactamente lo que es, sin deslumbramientos ni fantasías.
En la semana de Pesaj nos liberamos, sobre todo, del Jametz interior, de la decoración con que nos disfraza nuestro propio ego al inflarse de vanidad.
De esta semana, debemos salir fortalecidos para mantener nuestra autenticidad y la sencillez y clari dad de la Matzá, aun viviendo en un mundo Jametz.
Pesaj Kasher ve Sameaj!!
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