Si está buscando una razón para comer más pizza y pastas con un montón de salsa de tomate, podrá agradecer a los científicos israelíes que le darán una buena excusa.
Los científicos de la Universidad de Ben Gurion en el Neguev han identificado el beneficio de consumir grandes cantidades de tomates – y dicen que la mejor manera de comerlos es cocidos con aceite de oliva y queso.
Los científicos creyeron durante mucho tiempo que los carotenos hallados en frutas y verduras tienen un efecto preventivo del cáncer. En particular hay estudios que descubrieron que a medida que el consumo de productos a base de tomate aumenta, el riesgo de ciertos tipos de cáncer disminuye – incluso más que cuando se consumen otras variedades de verduras. A lo largo de los años los estudios han hallado que el riesgo de hasta diez tipos de cáncer diferentes puede ser reducido con el consumo de tomate. El efecto preventivo se debe al lycopen, un fitonutriente que le da a los tomates su color rojo.
Lo que hasta ahora era un misterio es el por qué. Pero los científicos de esta universidad están por descubrir el mecanismo preciso que explicará esta relación entre el consumo del tomate y la prevención del cáncer.
En un estudio publicado en el numero de enero 2005 de Molecular Cancer Therapeutics, el Dr. Yoav Sharoni y el Dr. Joseph Levy explican cómo los carotenos, conocidos por su actividad antioxidante, también actúan para prevenir del cáncer estimulando la respuesta antioxidante del cuerpo. Los lycocenos, derivados del lycopen son miembros de la familia de los carotenos. Sharoni y Levy son profesores en el departamento de bioquímica clínica de la Universidad de Ben Gurion, facultad de ciencias de la salud.
Levy dice, “afortunadamente tenemos un sistema establecido en nuestro cuerpo que lucha contra las toxinas y sustancias cancerígenas. Este sistema la respuesta antioxidante.” “En otras palabras – cuando uno tiene toxinas y sustancias cancerígenas que atacan las células, nuestro cuerpo enciende este sistema. Produce muchas enzimas que convierten a estas sustancias - que pueden causar mutaciones genéticas que llevarían a un cáncer – a formas menos tóxicas y expulsarlas del cuerpo a través de la orina.”
El mensaje claro de esta investigación es: Hay que consumir grandes cantidades de verduras y particularmente tomates. Levy dice que la investigación demuestra con claridad que la dieta mediterránea es superior al régimen de carne y papas cuando se trata de la salud, y recomienda a la gente que considere aumentar la cantidad de verduras en su dieta.
“Si puede incorpore entre cinco a nueve porciones de frutas y verduras en su dieta diaria,” dijo.
Sorpresivamente esto no significa que hay que consumir mucha ensalada. Mucha gente cree que las verduras como el tomate conservan sus beneficios cuando están crudas. Pero Levy dice que según los resultados de la investigación la realidad es otra.
“Muchas de las sustancias no son solubles en el agua, entonces no se absorben correctamente cuando son consumidas crudas. Hay que consumirlas con algo de grasa, queso o aceite de oliva. Si uno las cocina, son muy estables, y cocinándolas con aceite de oliva en forma de salsa o sopa, se absorben mucho mejor que en su estado crudo,” dijo.
Levy es profesor en el departamento de bioquímica clínica de la Facultad de Ciencias de la Salud de la universidad, y además es el Jefe del Laboratorio de Endocrinología en el Centro Médico Soroka.
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