Cada día son más los miembros de nuestra comunidad, jóvenes y no tanto, que se acercan a las instituciones raigales y a sus líderes, deseando conocer el significado de las leyes y tradiciones que nos han hecho perdurar como un pueblo a lo largo de milenios.
Cuando se les explica que deben comenzar a estudiar, normalmente preguntan si además de concurrir a tomar clases con morin no podrían leer algún texto que les permita acelerar su aprendizaje.
Editorial Yehuda, una editorial que desde hace décadas edita libros especializados en difundir los ancestrales valores de nuestra tradición - entre los cuales existen varios que pueden recomendarse para los casos que estamos comentado – decidió poner al alcance de los judíos hispano parlantes uno de los textos más exitosos dedicados a explicar que significa vivir como judío, “Plan Maestro”, del Rabino Arye Carmell, el que ya se encuentra a la venta.
A partir de la explicación de que es una “mitzva”, el significado de ser “creados a la imagen de D´s”, “la aplicabilidad a través de los milenios” de la Tora y el “esquema de las mitzvot”, el Rabino Carmell desarrolla paso a paso las disposiciones que regulan la forma de vida judía.
Con respecto al “esquema de las mitzvot”, sigue la clasificación que el Rabí Samson Rafael Hirsch efectuó en su obra “Horeb”, en la que están agrupadas según la función que cumplen. El grupo uno, “Justicia hacia otras personas”, lo dedica a las leyes que forman la base de la legislación social; el grupo dos, “Justicia hacia el medio ambiente”, se refiere a las mitzvot que regulan nuestro uso y goce del medio ambiente; el grupo tres, “Amor e interés hacia otras personas”, son las halajot que fomentan una conciencia acrecentada por las necesidades de otras personas; el grupo cuatro, “Enriquecimiento del medio ambiente”, se detalla la mitzvot que llenan nuestro medio ambiente de actividades orientadas a D´s; y el grupo cinco, “Vida interior”, las mitzvot dirigidas a nuestro corazón y nuestra mente, que expresan una relación íntima con D´s.
En “Plan Maestro” cuyo subtítulo es “Judaísmo: su programa, significados, metas”; se desarrollan los siguientes temas, entre otros, el respeto por la vida humana; la protección de los derechos humanos; la justicia en las relaciones empleado-empleador; el respeto por la propiedad ajena; la seguridad del medio ambiente; la justicia para el débil y vulnerable; el respeto por el medio ambiente, la maternidad en el reino animal, los sentimientos e instintos de los animales; el respeto por el ser humano después de la muerte; la consideración por el propio cuerpo; la regulación de las relaciones sexuales; la función de las leyes dietéticas; la contaminación mora; amar a tu prójimo; el matrimonio judío; ser padres y la educación; el apoyo al prójimo; la caridad y las buenas acciones; los deberes hacia la comunidad; las observancia del Shabat, las festividades, Iom Kipur y Rosh Hazaña; la cuenta del Omer; tocar el Shofar; el Brit Milá; Tefilim; la Mezuzá; el cubrirse la cabeza; el estudio de la Torá; la plegaria; el Shemá; la unidad de D´s; la idolatría (antigua y moderna); el temer y el amar a D´s; la fe en D´s; la humildad; la santificación del nombre de D´s y el objetivo de nuestro esfuerzo.
En la Introducción, el Rabino Carmell dice “Uno de los objetivos de este libro es demostrar cómo todos estos diferentes tipos de mitzvot son interdependientes y cómo están diseñados para trabajar conjuntamente hacia la meta final”. También aclara que “Plan Maestro” no es una nueva traducción de “Horeb”, sino que se basa en la misma, reteniendo las ideas originales pero modificando, adaptando y reescrito algunas partes pues trató “de imaginar lo que el Rabí Hirsch podría haber dicho si hubiese estado escribiendo en nuestra época, en lugar de 1837”, pues su intención ha sido “presentar la Torá a nuestra generación”.
Por ejemplo cuando se refiere a las “Partes excluidas de nuestra dieta” (Capítulo 28), la sangre, ciertos sebos y el nervio ciático concluye el análisis “Hemos visto algo de la seriedad con la que la Torá trata todo el tema de la dieta, especialmente cuando estamos tomando nuestro alimento del reino de las criaturas vivas (…) Sólo cuando todas las condiciones trazadas anteriormente hayan sido cumplidas, la carne que comemos es kasher, es decir, apta para el consumo por el pueblo de la Torá. Ese es «entrenamiento» para la santidad”.
Cuando explica el Shabat, Capítulo 41, dice “El Shabat como santuario de tiempo ha demostrado ser más durable que el santuario de espacio: el Templo de Jerusalem. Siempre ha sido, y sigue siendo, una convocación para el ennoblecimiento de la vida. Si durante los seis días laborables las personas se olvidan de la verdadera fuente de su poder, el Shabat llega para dirigirlos una vez más hacia su Creador. Uno difícilmente puede imaginar un mayor enriquecimiento del medio ambiente que el Shabat en todos sus aspectos. Ha demostrado su poder a través de los siglos (…) El Shabat es también un recordatorio permanente de la alianza – una viva demostración de la relación única entre D´s y el pueblo judío. Los judíos a través de los tiempos han sentido que el Shabat les daba un poder espiritual único, permitiéndoles superar las adversidades de la vida cotidiana. Esta es la bendición del Shabat. Si renovamos nuestra alianza con D´s cada Shabat y volvemos a dedicarnos a sus propósitos, entonces, cada Shabat D´s nos dará un esclarecimiento, una fuerza y un entuciasmo renovados para el cumplimiento de esta gran tarea”.
Estos son sólo dos pequeños ejemplos de la profundidad con la cual el Rabino Carmiell enfoca la explicación de cada una de las mitzvot que conforman el “plan maestro” que el Creador nos brinda permanentemente y que este texto, como bien dice el Gran Rabino Shlomo Benhamú en su prólogo, permitirá a todo judío “la posibilidad de comprender y contemplar cabalmente, todo el caudal inagotable de sapiencia, que contiene las Sagradas Escrituras”.
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