El tercer libro de Jaime Mauricio Jacubovich titulado “Espíritu de Lucha”, lleva por subtítulo “Conversaciones con Patricio” y fue recientemente presentado en el auditorio de la AMIA. Este texto puede considerarse una continuación de los dos anteriores pero también una obra distinta, pues tiene su propio ritmo y brinda una visión peculiar de la vida de una persona, las conversaciones con su nieto.
Don Jaime ameniza sus charlas con Patricio con recuerdos y anécdotas de su vida que permiten, al lector, conocer como vivían y que valores tenían los judíos que llegaron al país escapando de las persecuciones y el racismo imperante en Europa Central a principios del siglo XX.
Don Jaime es un azkan - dirigente voluntario - del viejo cuño, de aquellos que se dedican a la labor comunitaria, tanto en instituciones judías como no judías, con el sólo objeto de saber que ayudaron a alguien que lo necesitaba. En nuestra comunidad creó y sustenta un premio anual para los alumnos de la red escolar primaria judía que se destacan por su conocimiento del idioma hebreo; instituyó las becas anuales JMJ a los dos mejores trabajos escritos contra la discriminación cuyo premio consiste en viajes a Polonia e Israel; tuvo una relevante participación en la creación de la Asociación Amigos de la Universidad de Haifa en nuestro medio, ampliamente reconocida por esa alta casa de estudios israelíes; e integra la Comisión de Voluntarios Pro AMIA, creada para ayudar a la institución en los graves momentos que se vivieron luego de los cierres de los bancos Patricios y Mayo, de la cual originalmente fue copresidente con Salomón Lobov z´l y actualmente es su presidente. También presidió durante seis años Amigos de Israel, integrando actualmente su Presidium Latinoamericano. Es asimismo un activo miembro de la “Asociación Antitabáquica Sin Pucho”.
En las páginas que estamos comentando se refiere con mucho cariño a su yerno fallecido Beto Emsani z´l, el padre de Patricio, a la vez que tiene palabra de afecto para el doctor Rubén Beraja y su señora Raquel por el apoyo que brindaron cuando su yerno padeció la enfermedad que le provocó la muerte. Al hacerlo demuestra no sólo su hombría de bien sino también asume una postura distinta a muchos de aquellos que durante años lo adularon y hoy se suman a sus detractores.
También tiene palabras muy emotivas al recordar a Don Gregorio Fainguersch z´l, siendo el propulsor de una iniciativa muy peculiar que logró el apoyo de las autoridades pertinentes, denominar la esquina del bar “Le Petit Café con el nombre de este azkan histórico de nuestra comunidad.
Otro detalle que un comentario de este libro no puede obviar es la manera en que eL recuerdo de sus padres, Jacobo y Jiña Jacubovich z´l, está permanente presente, tanto al mencionarlos como al no hacerlo, pues constantemente afirma que la obra que actualmente viene realizando, la de tratar de ayudar al prójimo que lo necesita, es el resultado de los valores que ellos le transmitieron.
En esta oportunidad, don Jaime incluyó dos escritos suyos que tienen más de cincuenta años, uno es su visión de los que ocurriría después de finalizada la Segunda Guerra Mundial con el pueblo judío, del 15 de octubre de 1943 y el otro un discurso que pronunciara en una asamblea del Círculo Israelita de Villa Crespo el 28 de agosto de 1953. Ambos trabajos, pese a los años no perdieron actualidad y permiten descubrir una veta que no es contada por don Jaime en el libro, su perspicacia para analizar el presente y el futuro de la comunidad.
Antes de concluir este comentario queremos mencionar que en sus tres libros Don Jaime siempre recuerda que fue miembro de la Comisión Directiva y Vicepresidente del Círculo Israelita de Villa Crespo, pudiéndose interpretar que esos han sido los cargos que más valora de larga y existosa azkanut.
Leer este libro, al igual que los anteriores, ha sido un placer debido a que más que demostrar su espíritu de lucha, Don Jaime escribió un canto a la vida.
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