|
La edad del republicano judío, o mejor dicho, la edad del “frum” republicano, ha llegado. No sólo que los judíos ortodoxos ingresaron al enclave llamado el Partido Republicano, sino que son bienvenidos.
No estoy hablando de los votantes republicanos. Me estoy refiriendo a las personas que ayudan en el proceso de toma de decisiones, personas cuyas voces son escuchadas, personas cuyas opiniones son valoradas.
Es un status que ha estado evolucionando a lo largo de la última década.
No es un secreto que tradicionalmente, el Demócrata era el partido de los judíos. Durante años, los republicanos fueron anti-israelíes, antisemitas. Los republicanos tenían principios anti-éticos para los intereses de la comunidad judía. Se creía que los republicanos eran el bolsillo de los estados involucrados en los negocios petroleros en el golfo. Se consideraban pro árabes. Aun se puede encontrar esta actitud entre algunos miembros de la vieja escuela.
Pero el partido ha emergido en el 2004 como un nuevo Partido Republicano. Los republicanos de hoy son amigos de Israel. Son los grandes defensores de la política israelí de luchar contra el terror. Ya no son tentados por el clásico antisemitismo sutil de ayer. Ya pasaron los días de James Baker, que menospreciaba a los judíos, que “de cualquier manera no nos votan.”
Lo vi personalmente en la Convención Republicana Nacional en la ciudad de Nueva York.
Los signos obvios del confort judío, de la pertenencia, eran omnipresentes. Las kipot eran abundantes. Deje de contar en 70, y habían muchas, muchas más. Lo que me llamó la atención no fue el hecho que estos hombres usaban kipot. Si no el hecho de que las usaban de manera tan obvia. Los judíos de la Convención Republicana Nacional no estaban escondidos en algún rincón oscuro, lejos del ojo discriminador de los pesos pesados republicanos. Estaban en cualquier lugar que deseaban estar.
Los judíos ortodoxos de hoy están entre las altas filas del Partido Republicano. Tienen poder. Son líderes comerciales y su influencia se siente.
En esta convención, Rebbetzin Esther Jungreis dio la bendición un martes, y citó Tehilim en hebreo ante toda la asamblea. Cuando hizo su tributo a las víctimas inocentes del atentado de Beersheva, el salón entero estuvo en silencio. Todos sintieron el poder del momento.
En las últimas elecciones presidenciales, el 19 por ciento de los judíos votaron por Bush. Este fue un dramático crecimiento en comparación con las anteriores elecciones Clinton – Bush, Clinton – Dole. Este año, parecería ser que los números pueden ser aún mayores; el balance está cambiando.
La razón más importante, aunque no la única, es Israel. Este presidente, George W. Bush , el numero 43, ha apoyado a Israel como nadie lo ha hecho. Los judíos norteamericanos que votaron por un solo motivo que es Israel, probablemente votarán por Bush en noviembre. Parecería ser que el grupo más grande de judíos que votará por George Bush estará en la comunidad ortodoxa. ¿Será porque Israel es la prioridad de la comunidad ortodoxa, más que para otras comunidades judías? Tal vez.
Lo que hace a la diferencia es que ahora, en las más altas gradas de la vida política norteamericana, los hombres y mujeres judíos se pueden sentir cómodos y son bienvenidos. Son norteamericanos vitales, contribuyentes.
Nos quitamos el sombrero para ellos – hablando figurativamente
|
|
|
