La improbable amistad entre Tali Fahima, una mujer israelí de 28 años, y Sacaría Zubeidah, uno de los militantes palestinos más buscados, comenzó el año pasado con una llamada telefónica hecha por curiosidad. Ahora ella está arrestada bajo sospecha de haber ayudado a planear un atentado contra Israel, y su caso está en todos los titulares de Israel.
Fahima, hija de inmigrantes marroquíes, que en ese entonces era una secretaria sin ningún antecedente de actividad política, se contactó con Zubeidah porque quería saber qué era lo que motivaba a los palestinos a realizar actos de violencia contra Israel.
“Tenía que preguntar por qué un hombre hace estas cosas,” dijo en marzo en una entrevista con la televisión israelí. “Hay una razón para esto. Un hombre no se despierta así nomás una mañana y decide, ´bueno voy a hacer un atentado.´”
Fahima fue arrestada mientras viajaba a la Franja Occidental, para encontrarse con Zubeidah en Jenin. Mientras la llevaban esposada a la audiencia de la corte, lo defendió enojada.
“Él no planea los ataques,” dijo. “Incluso si lo hace, ¿qué tiene? Viven bajo una ocupación. ¿Saben acaso lo que significa esto?”
“No hay de que preocuparse. Sólo están tratando de mantenerme lejos de amigos que tengo allí, de Sacaría. Él es un guerrero de la libertad.”
Un día después Zubeidah se adjudicó la responsabilidad de un atentado cerca de Kalandia, al norte de Jerusalém. La bomba estaba destinada a los israelíes pero mató dos palestinos e hirió unas 20 personas, entre ellas policías palestinos e israelíes.
Fahima y sus abogados dicen que la causa en su contra no tiene base. Tiene amigos en Jenin, entre ellos Zubeidah, y está trabajando sobre un proyecto de construcción de un centro de cómputos en el campo de refugiados de la ciudad, dice Gaby Lasky, una de sus abogadas. Pero ella no tiene nada que ver con la violencia, agregó Lasky.
Los servicios de seguridad israelíes, que interrogaron a Fahima durante varios días en mayo y luego la liberaron, recibieron la aprobación de la corte para tenerla en cautiverio hasta el 19 de agosto. No se han presentado cargos y las autoridades israelíes se han negado a publicar los detalles de su caso.
El verano pasado, Fahima comenzó a interesarse por Zubeidah luego de leer un artículo sobre él, y le pidió al periodista su numero de teléfono. Llamó, hablaron y poco después comenzó a viajar sola a la caótica ciudad de Jenin, a pesar de la prohibición del gobierno israelí.
Mientras tanto, Zubeidah se convirtió en uno de los palestinos más buscados en los últimos años.
Como líder de las Brigadas de Mártires Al Aksa de Jenin, relacionado con el Fatah de Yasir Arafat, se adjudicó la responsabilidad de varios atentados, e Israel lo describe como un líder terrorista.
Su madre y hermano murieron durante ataques israelíes en la ciudad en los últimos años. Él dice que sobrevivió cinco intentos de matarlo y está casi siempre escondido.
Pero cuando no está bajo tierra, maneja una importante campaña de auto promoción, que incluye entrevistas y visitas de periodistas.
Zubeidah es un hombre alto cuyo rostro ha sido oscurecido por quemaduras de una explosión accidental de una bomba casera. Es tal vez la figura más poderosa de una ciudad sin ley y él se deleita con su status.
“Soy la autoridad más alta,” dijo en una entrevista con el New York Times.
Mientras que él y los suyos son leales a Arafat, también lideran una campaña en contra de la corrupción entre los funcionarios palestinos.
Hace un año, los hombres de Zubeidah secuestraron y golpearon al gobernador de Jenin, obligándolo a escapar a Jordania. Recientemente Zubeidah y sus hombres incendiaron la oficina del gobernador y llevaron un camarógrafo para registrar la destrucción. Pero respetaron al líder: quitaron fotos de Arafat antes de incendiar el edificio.
Las noticias israelíes comenzaron a cubrir la historia de Fahima durante la última primavera y poco tiempo después la echaron de su trabajo como secretaria de legales en Tel Aviv. Los israelíes que la reconocían por la calle, la insultaban, según cuenta su amiga, Lin Dorvat.
“Ella no se esperaba este tipo de reacción,” cuenta Dorvat.
Nació en Israel y creció en Kiriat Gat, una ciudad modesta de la clase trabajadora en el sur de Israel. Sirvió en el ejército después de terminar el colegio secundario, como la mayoría de los israelíes. “Tali dijo que viene de una familia de mujeres fuertes y que su madre le enseñó a tener opiniones fuertes,” agregó Dorvat.
“Lo que realmente molestaba a Tali eran los atentados suicida,” continúa Dorvat. “Solía decir, ´¿Cómo es posible que nos odien tanto?´ Sentía que lo único que podía hacer para comprender es ir y encontrarse con gente real, a nivel humano.”
Fahima nunca perteneció a grupos de izquierda, dijo Dorvat, y en las últimas elecciones votó por el partido derechista, Likud, liderado por el primer ministro Ariel Sharon.
En la prensa israelí, a Fahima la describen a menudo como amante de Zubeidah, que está casado y tiene dos hijos pequeños. Pero ella ha negado toda relación romántica.
Como Zubeidah está generalmente escondido y lejos de su casa, Fahima está la mayor parte del tiempo en Jenin con su familia, su mujer y sus hijos, según Fathi Natoor, un periodista palestino de Jenin.
“Solía pensar que no es legal, que esta guerra es un error, que no deberíamos estar luchando,” dijo Fahima sobre Zubeidah en una entrevista televisiva en marzo. “Hoy, comprendo lo que está haciendo.”
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