Resulta difícil explicar lo que está sucediendo en Tierra Santa.
Por un lado hay muchas discusiones respecto a si el Plan de Retirada es bueno.
Por el otro, mientras estas discusiones se llevan a cabo, no pasa ni un solo día sin que hayan terribles atentados terroristas o intentos que se descubren a tiempo. A veces los árabes están preparando ataques mayores para causar grandes perdidas de vidas, que D-os no lo permita. Últimamente hemos descubierto muchos intentos de atentados a tiempo, o no fueron llevados a cabo según lo planeado. Sólo gracias a la piedad de Hashem los árabes no lograron cumplir lo que habían planeado.
Los líderes políticos siguen discutiendo y no logran llegar a una decisión respecto al Plan de Retirada. Actúan como si hubiera dos partes que están dispuestas a negociar. Pero la situación es muy diferente.
Sin entrar en la discusión sobre los aspectos negativos y positivos del Plan de Retirada, sentimos que un gobierno responsable debe contar al público lo que estamos listos a entregar y lo que esperamos obtener de regreso de la otra parte. Tiene que haber un mínimo que el otro lado debe prometer a cambio de lo que van a recibir. Pero no tenemos ninguna promesa de alto fuego o de detener el derramamiento de sangre. De hecho, el otro lado no está prometiendo nada.
Lamento decir que entre los grupos terroristas árabes – sea Hezbollah, Fatah, Hamas o el Jihad Islámico – todos ellos tienen un alto nivel de disponibilidad para poner en funcionamiento atentados suicidas. Comprendamos con claridad el significado de esto: Son grupos – no sólo individuos – que están listos a suicidarse para realizar lo que llaman su “gran mitzva” de matar la mayor cantidad posible de judíos, que D-os no lo permita. Sólo gracias a la piedad de D-os, la mayoría de estos ataques no logra realizarse.
Es difícil comprender que en un momento así, mientras estamos siendo amenazados por este terror, dentro de Israel hay muchas opiniones distintas respecto a la retirada de Gaza. Esto lleva a discusiones muy tormentosas. Mientras tanto no tenemos ninguna garantía que si les damos lo que estamos planeando darles, ellos detendrán todo tipo de terrorismo.
En este momento, es muy importante encontrar la manera de unificar al pueblo judío y poner fin a las divisiones entre nosotros.
Debemos insistir hasta que escuchemos de los palestinos que están dispuestos a detener el derramamiento de sangre a cambio de la retirada, no seguiremos con el plan ni haremos ningún otra concesión.
Mientras tanto no escuchamos ni una voz palestina que ofrece hacer un alto fuego para detener el derramamiento de sangre.
Esta situación debe llevar al pueblo judío a comprender que tal vez si todos nosotros estamos unidos, podremos cambiar la situación y ponerle fin al terror árabe.
Terminaré con lo que nosotros los judíos rezamos y que Hashem nos ayude:
“Min hameitzar korosi Koh anani bemerjav Koh.”
“Desde mi urgencia llamé a D-os; Él respondió con gran compasión.”
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