Unos ocho meses después del poderoso atentado a la sinagoga Neve Shalom y otra sinagoga local, la sinagoga fue parcialmente reabierta a pesar de que su apertura formal será en octubre. Pero los judíos de Estambul se tienen que acostumbrar a muchas cosas más. A pesar de que no hubieron más atentados desde noviembre del año pasado – cuando también hubieron ataques contra el Consulado Británico y un banco británico – estos sucesos generaron un profundo malestar en la comunidad judía local.
En marzo, dos terroristas suicida militantes del grupo Islámico Turco atacaron una sede de una logia de masones en el lado asiático de Estambul, matando dos personas e hiriendo seis. Los masones son frecuentemente acusados por los islámicos y los nacionalistas en Turquía de ser un frente para los intereses judíos e israelíes, y según informes de la prensa turca, uno de los terroristas gritó “muerte a la logia israelí” mientras lo llevaban herido al hospital. Resultó ser que una pistola que llevaban los terroristas había sido utilizada en el asesinato no resuelto de Yasef Yahya, un dentista judío asesinado en su oficina en agosto. En una recreación del asesinato, realizada por la policía, los sospechosos que habían sido arrestados dijeron a los investigadores que habían decidido matar a Yayha al ver su nombre judío en el cartel afuera de su oficina.
A principios de mayo la policía turca arrestó un grupo de 16 hombres en conexión con un supuesto plan para atentar contra la cumbre de NATO que se llevó a cabo en Estambul. A pesar de que el plan era vago, el grupo – que según la policía está relacionado con Al Qaeda – aparentemente tenía un plan más desarrollado para atentar contra una sinagoga en Bursa, una ciudad cerca de Estambul que tenía una pequeña comunidad judía de 70 personas.
Para muchos miembros de la comunidad judía turca, la combinación de eventos y la emergencia de grupos islámicos turcos que ven a los judíos como blancos legítimos, tiene un efecto horrorizante. Los miembros de la comunidad y sus líderes dicen que la sensación de incomodidad también creció por el crecimiento de las críticas orales sobre Israel en el país, críticas que según ellos, a menudo juegan en su contra.
Por ejemplo, un artículo reciente en el diario The New Yorker, dijo que agentes israelíes están entrenando grupos comandos de curdos en Irak, para el caso de que Irak se sumerja en un caos, y los curdos en el norte declaren su autonomía. Este artículo llevó a una ola de críticas en los medios turcos. Israel negó este hecho, pero Turquía ve cada movimiento de los curdos en Irak con mucha sospecha y la posibilidad de que Israel, un aliado, esté trabajando con ellos no fue muy bienvenida. Parte de lo que fue escrito, fue dirigido directamente a la comunidad judía turca.
El periodista Sakir Suter escribió en el diario liberal Aksam que no sólo se trata de Israel sino de los judíos turcos que tenían que desaprobar los reclamos del The New Yorker. “Nosotros, personalmente, estamos esperando la última posibilidad para no declarar abiertamente y en público que los judíos son el enemigo,” escribió Suter. Rifat Bali, un historiador que escribe sobre la comunidad judía turca, dice que este tipo de lenguaje se usaba solamente en los medios de los círculos extremistas islámicos, pero nunca había sido utilizado en los medios principales. “La atmósfera está muy envenenada. El anti-israelismo y el antisemitismo son parte de la vida cotidiana, del discurso diario de la prensa, y nadie parece estar preocupado por esto,” dice Bali.
Funcionarios de la comunidad dicen que comenzaron a reunirse con editores de los diferentes diarios, intentando ayudar a los periodistas a comprender a la comunidad judía y abrir la comunicación. Pero la comunidad no se siente obligada a raíz de las críticas sobre Israel, a cambiar su propia opinión sobre el estado judío: “Somos la comunidad judía de Turquía. Punto. Somos ciudadanos turcos. No vivimos en Israel. Vivimos en Turquía.”
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