Charles Sweeney era un joven piloto de 25 años cuando voló con el bombardero B-29 que atacó a Nagasaki el 9 de agosto de 1945, tres días después de que Enola Gay arrojó una bomba atómica sobre Hiroshima y seis días antes de que Japón se haya rendido.
Murió en Boston a los 84 años de edad.
Unas 70.000 personas murieron en la explosión de la bomba, que fue nombrada “Fat Man” (Hombre Gordo). Fue la primer bomba que Sweeney arrojó en su vida sobre un blanco enemigo. Su vuelo histórico fue una HARROWING misión para el grupo. Tuvieron problemas de combustible desde el comienzo, y había nubes y humo que cubrían el blanco original de la misión, la ciudad de Kokura. Después de varias peligrosas pasadas sobre la ciudad, Sweeney abandonó el blanco principal y lo cambió por Nagasaki. Una apertura en las nubes permitió arrojar la bomba.
A lo largo de su vida, Sweeney defendió los bombardeos. Escribió un libro, “El Final de la Guerra: La Historia de un Testigo de la Última Misión Atómica de Norteamérica,” para enfrentar lo que él consideró “teorías COCKAMAMIE” de que los bombardeos fueron innecesarios.
“Para mí fue una misión. Sólo quería que la guerra termine, para poder volver a nuestros seres queridos,” dijo Sweeney en una entrevista. “Espero que mis misiones fueron las últimas de su tipo que jamás ocurran.”
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