Lea las siguientes palabras y adivine quién las escribió:
“...El pueblo judío no sobrevivió durante dos milenios para ser pioneros en la industria de las armas, en programas de seguridad por computadora o en el desarrollo de mísiles anti mísiles. Se suponía que seríamos una luz para las naciones. Resulta que los 2000 años de lucha para la supervivencia judía terminan en un estado de asentamientos, manejados por un grupo inmoral de delincuentes que tienen oídos sordos a sus ciudadanos y a sus enemigos. Un estado sin justicia no puede sobrevivir...”
Seguramente está pensando que se trata de sentimientos escritos por un extremista de Neturei Karta.
Error.
Se trata de una cita de un largo artículo escrito por Abraham Burg, ex vocero de la Knesset, veterano del Partido Laboral, y ex presidente de la Agencia Judía, y persona que mucha gente señaló como el futuro primer ministro de Israel.
Desde que renunció a su banca en la Knesset, este líder sionista está buscando pasturas verdes en el mundo del comercio.
El artículo que fue publicado originalmente en el diario Iediot Ajronot, fue publicado también en los Estados Unidos en el diario Forward, y últimamente el Sunday Telegraph refleja la frustración de los sionistas intelectuales para quienes el estado judío es un sueño hecho realidad y ahora es – no me dejen terminar la frase, lean directamente las palabras del Sr. Burg:
“La revolución sionista se ha apoyado siempre en dos pilares: un camino justo y un liderazgo ético. Ninguna de estas dos condiciones se cumple hoy en día. La nación israelí se apoya en la corrupción y en fundaciones de opresión e injusticia. Por esto el final del proyecto sionista está en el umbral de la puerta. No se trata de una rivalidad entre el Partido Laboral o el Likud, ni de derecha contra izquierda, sino del bien contra el mal, de lo aceptable contra lo inaceptable; de los que cumplen la ley contra los que no lo hacen.”
Burg termina:
“Los amigos de Israel en el mundo judío y no judíos, presidentes y primer ministros, rabinos y laicos – deben ayudar a Israel a navegar hacia nuestro destino nacional como luz entre las naciones y hacia una sociedad de paz, justicia e igualdad.”
Estos son extractos de un artículo que refleja los pensamientos de un hombre desesperado que ha sido intoxicado con la ilusión del sionismo secular y se ha despertado amargamente cuando de pronto se dio cuenta que ese sueño no podía encajar con la realidad de la seguridad en el estado judío.
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