En los números anteriores nos referimos a la intolerancia y de la intolerancia al odio que se han enquistado en nuestro pueblo a lo largo de esta diáspora que lleva casi 2000 años, con constantes persecuciones y deambular de un lugar al otro.
La creación des estado de Israel abrió una gran esperanza, luego del holocausto suponiendo que los israelitas dispersos por el mundo retornaríamos masivamente a la tierra prometida, pero con el transcurso del tiempo vemos que ello no ocurre, sino por el contrario ha aumentado la emigración de jóvenes israelíes y de inmigrantes que no encontraron en Israel la realización de sus ideales, acosados por las guerras, atentados y dificultades económicas.
Debemos tener presente las causas de esta interminable diáspora que son el odio y la desconfianza, generados y mantenidos a través de siglos y que pueden revertirse corrigiendo las que los provocan.
No busquemos culpables externos para ocultar nuestras verdaderas culpas, las terribles calamidades que sufrimos fueron provocadas por nuestra conducta equivocada, por ignorancia y por maldad, consecuencias de no cumplir con nuestras obligaciones de Pueblo Elegido depositario de la Torah y de no cumplir el pacto que juráramos al pie del Monte Sinai, para la generación allí presente y para todas las generaciones venideras.
No somos una nación mas, tenemos enormes responsabilidades en la marcha de la humanidad y ya es tiempo de asumirlas, dejando de lado mezquindades y autoritarismos absurdos.
La esclavitud de Egipto, el acoso constante soportado luego de tomar posesión de la tierra prometida a manos de los filisteos, la primer diáspora, la actual, las persecuciones por el cristianismo, y por musulmanes, las expulsiones de diversos países, el antisemitismo generalizado, el nazismo con el holocausto, los fundamentalistas suicidas hoy en Israel, los atentados en Buenos Aires a la Embajada y a la AMIA-DAIA y el sin numero de calamidades soportadas son consecuencia directa de nuestra conducta contraria y persistente a los preceptos que juramos respetar, en gran parte culpa de desconocer los mismos, por lo que convocamos a quienes saben, a maestros auténticos a acercarse al pueblo humildemente para emprender una campaña masiva de concientizacion judía, es necesario el despertar de una verdadera y plena conciencia judía.
Desde esta columna pretendemos ver objetivamente la realidad de nuestra comunidad judeo-argentina, promoviendo el acercamiento entre sus miembros y entre sus instituciones de todos los sectores sin excepciones, invitando al dialogo, a la reflexión y a la búsqueda de un consenso para poner en marcha una acción renovadora que recomponga nuestras diferencias y levante la moral, para recuperar el prestigio perdido y la falta de identidad y compromiso con el judaísmo y con Israel.
Recién pasamos el día 9 de av, día de duelo y ayuno decretado hace mas de 3000 años y fecha nefasta en que ocurrieron muchas calamidades como la destrucción del Bet Hamikdash y el comienzo del actual destierro, fecha que conmemoramos año tras año con angustia y dolor en la esperanza de que sea el ultimo pero ello depende de nuestra conducta, cada generación en que no se produce el retorno de nuestra nación a Israel y la reconstrucción del Bet-Hamikdash es igual culpable que la generación que produjo su destrucción, siendo la causa el odio, que seguimos transmitiendo por generaciones.
Cual es el remedio al odio, causante de todos los males, el amor.
Entre los preceptos que juramos respetar y cumplir en Sinai, se destaca en nuestras obligaciones hacia el prójimo:
Amaras al prójimo como quieres que te amen a ti, la obligación de amar desinteresadamente y en forma incondicional.
A su vez nos prohíbe odiar, el precepto nos dice No odies a tu prójimo en el corazón, prohibición de odiar guardando el odio, aun justificado, el siguiente versículo nos ordena otra obligación: debes corregir a tu prójimo, al ver conductas incorrectas, debemos acercarnos amablemente y hacer entender el error ajeno, esta es una obligación inevitable que el versículo siguiente nos advierte que el incumplimiento de corregir al prójimo nos hará cargar con su culpa por nuestra negligencia.
La nación israelita tiene el privilegio de ser depositaria de la Torah, que a la vez nos responsabiliza por su cumplimiento para ser ejemplo y transmitir sus disposiciones a todas las naciones.
Son disposiciones simples, que es necesario conocer, basta observar el decálogo, diez enunciados que resumen el contenido de la ley, irreformable y eterna, hecha por un Ser Superior y Eterno, ley que no tiene errores y es actual para todos los tiempos, no hay otra guía para la conducta humana que la que nos entregara el Creador de todo lo existente y todo en ella se encuentra definido el bien y el mal, advirtiéndonos del resultado de nuestras conductas, si ellas son positivas y respetuosas de los preceptos el resultado será una convivencia armónica, con abundancia, felicidad y paz, si en cambio son perversas e injustas, sufriremos todo tipo de males hasta corregir las conductas desviadas.
Es necesario conocer esta guía maravillosa de convivencia y sus preceptos, para entenderla, cumplirla y recibir los beneficios que produce una conducta correcta a los ojos de la ley.
Las naciones y las religiones se debaten en la búsqueda de leyes de convivencia y viven reformando las existentes sin cesar, logrando cada vez mayores fracasos, tanto en el orden internacional, nacional y privado.
Hay una sola solución para tanto caos, guerras e injusticia, Volver a las Fuentes, acercarse a instituciones verdaderas, ya que hay falsas, donde se estudia y se enseña Torah desinteresadamente y donde se van formando los futuros dirigentes espirituales de nuestra nación, rabinos, maestros shojatim, mohalim, sofrim, y fundamentalmente se forman judíos auténticos que continuaran llevando el legado milenario de nuestra nación.
Insistimos en el llamado a la dirigencia comunitaria judeo-argentina, cuyos integrantes realizan una ardua tarea desinteresadamente en la conducción institucional, teniendo éxito en lo referente a la situación económica, habiendo logrado regularizar pesados déficit heredados de conducciones anteriores y aliviar satisfactoriamente la pobreza y falta de trabajo de cantidad de miembros de nuestra comunidad.
Podemos afirmar que hay un cumplido satisfactoriamente con el aspecto material, pero resta el espiritual, que para nuestro pueblo es tan importante como el material.
En lo espiritual hay un tremendo vacío, que las autoridades responsables deben afrontar de inmediato, nos referimos al fracaso de los programas educativos de la red escolar de AMIA, sin contenido autentico, que dio por resultado el cierre de numerosas escuelas, al desinterés de los jóvenes por lo tradicional judío y a la apatía de los adultos ante la asimilación en todas sus formas.
Exhortamos nuevamente a los responsables laicos y religiosos a encarar seriamente este grave problema que esta destruyendo nuestra comunidad.
La Voz Judía esta siempre abierta a recibir inquietudes y colaborar activamente en encontrar propuestas consensuadas para intentar revertir este penoso holocausto voluntario.
Es posible pasar del odio al amor si tomamos conciencia que no podemos continuar así.
Todo queda en nuestras manos, el libre albedrío es total y según nuestra elección recibiremos la recompensa tan largamente esperada.
Veremos nuestra nación reunida en la tierra de Israel, el 3er. Bet-Hamikdash construido, que ser a eternos y volveremos a tener el respeto de todas las naciones de la tierra como en los tiempos del rey Salomón, ya no habrá mas guerras y reinara la paz y todos reconoceremos al Creador como único y lo llamaremos con un solo nombre.
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