En el mundo judío se recuerda el 420º aniversario del fallecimiento de una de las figuras más destacadas de todas las generaciones, que iluminaron el firmamento judío con sus oraciones, Torá e inteligencia, siendo sacralizadas hasta el día de hoy por el pueblo judío.
Reb Shlomo Ben Moshé Halevi Alkabetz vivió en el siglo XVI y pasó su vida en Salónica, Adrianpol y Safed. Allí fue la figura del grupo cabalista “Sucat Shalom”. En sus filas contaban con cabalistas como Iosef Caro, Moshe Cordoviru, el Ari, el Shelah Hakodesh y Jaim Vital. Alkabetz fue discípulo del cabalista Taitatzak en Salónica, sobre el que una leyenda señala que ayunó durante 40 años para traer la redención.
Shlomo Alkabetz fue un justo, un hombre de alta ética, un poeta cuyas obras fueron recibidas con admiración por el pueblo judío. Aún en vida, su oración Leja Dodi introdujo un nuevo espíritu en el pueblo judío y elevó el pensamiento sabático a un concepto universal. Encendió los corazones de poetas seculares, quienes la tradujeron y ocupa un sitial de honor en la literatura mundial.
La ciudad de Safed en la alta Galilea fue la metrópoli de ciencias ocultas. Es una de las cuatro ciudades sacras de Israel: Jerusalém, Hebron, Tiberíades y Safed. Allí estuvo la cuna de la cabala. Allí pasaron sus años rabinos y sabios, fue el centro de Halajá para las comunidades de la diáspora, allí escribió Iosef Caro su Shuljan Aruj y otros libros.
También los grandes dirigentes jasídicos como Reb Mendl de Vitebsk, Reb Abraham de Kaliks, discípulos del Maguid de Mezrich se establecieron en Safed, y la convirtieron en la ciudad de la cabala, de jasidismo, de Rabaim, jasidim. En esta atmósfera Shlomo Alkabetz creó su Leja Dodi. Esta canción contiene pensamientos de redención. Su autor introdujo en la oración la santidad de los sufrimientos de los judíos en todas las generaciones, desde los “diez justos asesinados”, hasta los marranos de España, y despertó en los judíos la esperanza de la redención.
Los cabalistas consideraron el sábado como señal de redención. En cada kabalat shabbat estaba el presentimiento de la pronta redención, por eso no es de extrañar que esa canción haya maravillado de tal forma a los judíos. Es interesante subrayar que era tiempo de grandes esperanzas y expectativas.
Cada día trajo consigo nuevas obras extraordinarias de Iosef Caro, a quien el sultán le dio el dominio sobre siete aldeas, para crear allí un país judío. También hubo un rumor que la idea de crear un país judíos es apoyada por la mujer judía, rica e influyente, Dina Jana Gratzie, quien puso su fortuna para convertir a Tiberíades en una ciudad judía.
La oración maravillosa de Shlomo Alkabetz fijó la base espiritual para el movimiento mesiánico y las aliot a Eretz Israel, que prepararon el camino para su futuro desarrollo, hasta el día de hoy.
Siendo jefe de ieshivá de Safed, estudió con sus alumnos el Zohar (ciencia oculta), su nombre se hizo famosos. Iosef Caro recurrió a él para aclarar secretos de la cabala.
Según la tradición judía, muchas veces el alma de una persona fallecida se introduce en otro cuerpo. Hallamos en sus escritos que liberó a una posesa, que el alma que penetró en ella no le daba descanso.
Solía reunir a sus discípulos en su casa, alrededor de su mesa, y se discutía sobre los secretos de la cabala, y de repente interrumpía la conversación y los invitaba a que lo acompañen a visitar la tumba del justo tanaíta Reb Shimon Ben Iojai, que según la tradición es el autor del Zohar.
Su alma estuvo siempre en mundos superiores. El Alshij Hakodesh escribe sobre él: “Shlomo Alkabetz es una figura sacra y sus palabras y pensamientos son sacros”. Su deceso es atribuido a la misma leyenda vigente sobre la muerte del famoso poeta judío de España, Shlomo Ben Gvirol. Un árabe, según la leyenda, envidioso de su inteligencia y profundos conocimientos, lo asesinó y lo enterró en la arena, debajo de una higuera. Los transeúntes quedaron asombrados al ver sus maravillosos frutos. Se buscaron los motivos de este fenómeno y se halló su cuerpo.
El rey ordenó una investigación y se logró capturar al asesino, quien fue ahorcado.
Algunos historiadores sostienen que la leyenda es producto del gran amor que el pueblo le tuvo. No se pudo aceptar que el gran poeta y justo, fallezca como cualquier mortal.
También compuso otras canciones muy queridas por el pueblo y algunos libros de gran interés para estudiosos.
Con motivo del 420º aniversario de su desaparición física decimos BENDITA SEA SU MEMORIA.
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