El ex rabino principal sefaradí Rabbi Eliahu Bakshi Doron llamó a “anular el monopolio ortodoxo sobre los matrimonios en Israel y permitir la libertad de elección,” al elegir cómo realizar el matrimonio.
Rabi Bakshi Doron estaba hablando en una convención de Tzohar, una organización de jóvenes rabinos sionistas. Los participantes dijeron que sus palabras fueron como una “bomba”.
“Hoy en día cada uno se casa como quiere,” le dijo el rabino al diario Haaretz, “y a pesar de que esta ley pudo haber sido importante, ha sido ahora neutralizada y genera más odio hacia los establecimientos religiosos.”
El miembro de la Knesset Rabi Meir Porush (Judaísmo Unido de Torá) criticó los comentarios del rabino.
“La opinión del rabino Bakshi Doron es aberrante y contrasta la opinión de todos los rabinos y los grupos ortodoxos de la judería mundial.”
Rabi Porush dijo que estaba horrorizado y sorprendido por el razonamiento del rabino, ya que los matrimonios en Israel de ninguna manera se convirtieron en un tema en el cual cada persona decide por si misma. “Según esa misma lógica,” dijo Rabi Porush, “permitamos la profanación pública del Shabbat, ya que de cualquier manera la tendencia abrir los centros de compras durante Shabbat y festivos.”
El ministro de asuntos sociales, Zevulun Orlev, dijo que el único problema relacionado con la legislación es que mientras él lo ve como el último paso en la modificación del status quo sobre los asuntos religiosos en el país, su colega Poraz lo ve como el primer paso, que será seguido por la instancia de matrimonios no ortodoxos en Israel.
El rabino principal ashkenazi, Yonna Metzger dijo que rechaza la idea ya que crearía una nación judía dividida en dos, en la cual una parte no podrá casar a la otra.
El director de Tzohar, Rabi David Stav, rechazó la propuesta, diciendo que justamente los rabinos son aquellos que confían en las tradicionales ancestrales para determinar si la gente se puede casar o no.
Rabbi Bakshi Doron dijo que había hablado de la propuesta discretamente cuando aun era rabino principal, pero se encontró con reacciones frías, y una vez, hablando frente a la Knesset, descubrió que sus palabras habían sido omitidas del protocolo.
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