La Corte Suprema pospuso la reglamentación sobre la validez de los diferentes tipos de conversiones al judaísmo. Los jueces decidieron, por un margen de siete contra cuatro, que la “Alia” está condicionada por el deseo de vivir en Israel y no por locación física.
La decisión marca el colapso de la línea central de la defensa adoptada por el estado respecto a la validez de las conversiones, la mayoría de ellas reformistas y conservadoras, que comenzaron en Israel pero siguieron en otras partes del mundo.
Durante cuatro años desde que la petición ha sido enviada, un panel de 11 jueces deliberó la validez de las conversiones fuera de Israel con el objetivo de otorgar la ciudadanía israelí bajo la Ley del Retorno (una ley que garantiza la ciudadanía automática a los judíos que inmigran a Israel).
La Corte Suprema analizó casos de conversión donde el proceso de aprendizaje comenzó en Israel pero la conversión en sí se llevó a cabo fuera del país, y luego la persona regresó a Israel.
En su decisión, la Corte Suprema legisló que la Alia está condicionada por el “deseo de los judíos a vivir en Israel” y no por el lugar de residencia o la conversión. El debate fundamental, respecto a qué tipo de conversión, ortodoxa, conservadora o reformista, es válida, aun no se debatió.
Para legislar sobre este tema, los jueces pidieron al Ministerio del Interior darles su postura dentro de los 45 días.
El director de Shas Eli Ishai dijo que la decisión de la Corte Suprema hizo que convertirse en judío sea “tan fácil como unirse a un club. Esto nos llevará a la destrucción y desintegración de la identidad judía.” Ishai envió una carta al primer ministro insistiendo que evitó transferir la autoridad sobre el tema al ministro del interior.
El presidente anterior de Shas, Rabbi Arieh Deri dijo que todo aquel que es reconocido por la Ley del Retorno tiene todos los derechos, tanto si su conversión era reconocida o no. El problema, dijo, era el miedo de que miles de trabajadores extranjeros abusarían del sistema, y se conviertan al judaísmo en una sinagoga reformista, y tenga derechos como un nuevo inmigrante.
El ministro de asuntos sociales, Zevulun Orlev (PNR) advirtió que puede haber una crisis en la coalición a raíz de la decisión de la corte, a la que él llama una brecha en el status quo. Demandó que el ministro del interior mantenga el acuerdo de la coalición de mantener el status quo.
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