El presidente de Israel , Moshe Katzav se vio conmovido a principios de mes.
El Instituto Democrático del país ha decidió mostrarle los resultados de un estudio, que revela que uno de cada cuatro (el 27 por ciento para ser más precisos) adolescentes israelíes no piensan pasar sus vidas como adultos en Israel.
El mismo estudio descubrió que casi la mitad de los adolescentes israelíes no se sienten “parte del país y de sus problemas” en comparación con los adultos, donde “sólo” un cuatro se siente de esa manera.
El hecho de que los organizadores del estudio tomaron la decisión de presentar los datos ante el presidente del estado demuestra que ellos mismos estaban horrorizados, y ansiosos por enviar una señal de advertencia al gobierno, de la manera más manifiesta posible.
Si uno lo piensa, ¿es realmente asombroso?
¿Es tan asombroso que los jovenes, a quienes les robaron el mínimo vestigio de judaísmo, no tengan interés en vivir en el estado judío?
A continuación, unas citas del diario Hamodia, que publicó mucho material acerca de esta situación trágica:
“... (Los adolescentes de Israel) han sido apartados del judaísmo y hoy en día son el producto triste de padres y maestros que abandonaron todo lo que era sagrado para sus propios padres ...”
“... Los jóvenes de Israel están buscando en cualquier lugar porque este país no significa nada para ellos ...”
“... La sensación de pertenencia a una tierra ancestral, prometida eternamente a los judíos, ha sido maliciosamente quitada de sus corazones...”
“ ... la calle secular en Israel es extranjera y goish. No resulta asombroso que no quieran estar aquí...”
La tragedia inherente en este estudio es realmente preocupante.
Los ciudadanos mayores recordarán cómo apenas hace 60 años los judíos estaban dispuestos a hacer enormes sacrificios personales para tener la zejut de vivir en Eretz Israel. Y hoy, los nietos de aquellos que tuvieron este privilegio, y los nietos de aquellos que murieron al Kiddush Hashem están ansiosos de comprar un pasaje a aquel lugar conocido como Jutz Laaretz.
Y nadie con autoridad levanta la voz para tratar de remediar esta tragedia.
Casi todos los meses leemos de cientos de rabinos y miles de líderes que participan de conferencias judías internacionales.
Ellos lamentan del aumento del antisemitismo en Europa. Tal vez es el momento para que una voz poderosa sea oída lamentando el anti judaísmo en el estado judío.
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