La Voz Judía


La Voz Judía
La México judía comienza en el correo

Para alguien que camina por las calles empedradas del centro histórico de México DF, es difícil imaginar que éste barrio solía ser el corazón de la comunidad judía del país.
Pero aquí, donde las calles ahora están llenas de vendedores que venden desde tacos hasta gorras de Baseball, los judíos mexicanos fundaron su primer sinagoga y centros comunitarios.
Siglos antes de eso, era una zona donde los judíos eran quemados durante la inquisición.
Durante nueve años, Mónica Unikel-Fasja realizaba paseos históricos judíos en la ciudad, un área dilapidada que ahora está en construcción como parte del plan Mayor Andrés Manuel Lopez Obrador, para revitalizar lo que fue el núcleo de la ciudad durante siglos.
Unikel-Fasja guía grupos por las calles donde los inmigrantes judíos encontraron sus primeros hogares y establecieron sus primeros comercios de ropa y joyas, los lugares donde comenzaron sus vidas en México.
“Creo que uno puede apreciar la historia más cuando uno la ve con sus ojos, cuando uno sigue los pasos,” dice Unikel-Fasja, el autor del libro “Sinagogas de México.”
Unikel-Fasja comienza su tour en la oficina de correo de la ciudad, un edificio hermoso decorado por dentro con metal dorado.
¿La oficina de correo? Unikel-Fasja explica que es un lugar perfecto para comenzar porque cuando los judíos emigraron a México de países como Francia y Siria, éste era un lugar de reunión – un lugar donde podían enviar y recibir correo de sus seres queridos.
“Los judíos se reían ahí, lloraban ahí,” Unikel-Fasja explica. “Algunos iban todos los días al correo para revisar si habían recibido cartas.”
Los primeros judíos llegaron a México durante el siglo 16. Cuando la Inquisición española llegó al Nuevo Mundo se vieron forzados a convertirse o practicar el judaísmo en secreto.
Otra ola de inmigrantes judíos, entre ellos muchos de Francia, llegaron durante la presidencia de Porfirio Díaz (1877-1911), quien invitó a los europeos a inmigrar a México.
Pero los inmigrantes que formaron la base de la comunidad judía moderna de México no llegaron hasta el siglo 20, según Unikel-Fasja.
A principios y mediados del siglo 20 los judíos llegaron de Turquía, Grecia, Siria y Europa del este.
Hoy, México tiene unos 40.000 judíos, la mayoría viven en la capital, México DF.
La siguiente parada en el tour es la calle Tacuba 15. Tiene una fachada común y corriente; por dentro, es un edificio vacío que está siendo remodelado desde hace más de diez años.
El edificio es ahora privado, pero hace décadas era el principal lugar de reunión de los judíos de México – un centro comunitario, gimnasio, sala de eventos y lugar donde los judíos venían a buscar trabajo y educación. Los judíos también tomaban clases de español ahí.
Parado en una habitación húmeda que solía ser una sala de baile – las arañas aún están intactas – es fácil imaginar el edificio con vida: Unikel-Fasja muestra a las diez personas del tour fotografías en blanco y negro de bodas y conferencias que se llevaron a cabo en el lugar.
Nuevamente afuera, Unikel-Fasja se detiene para señalar sitios históricos judíos que no demuestran señales de su pasado. Se detiene en lo que solía ser la Habitación Roja, un comercio judío que tenía la primer escalera mecánica de la ciudad.
También señala las tiendas de ropa High Life – que aún operan en la calle Madero – que solían ser un importante comercio judío.
“Esta calle era la Quinta Avenida de México,” explica Unikel-Fasja. “La gente se ponía sus mejores atuendos para caminar por esta calle y ver las últimas modas europeas, en negocios que en su mayoría eran judíos.
Al caminar por las calles angostas, Unikel-Fasja dice que hace los tours en español o inglés, depende de las demandas de la gente. Además de su tour histórico, ofrece un tour de historia judía en el barrio Roma de la ciudad.
La mayoría de sus clientes son judíos, pero no todos.
“Creo que es importante que los no judíos vengan a hacer el tour,” dice. “México es el producto de un mosaico cultural, y no conocemos ni comprendemos a los miembros de otros grupos.”
En un tour reciente, la mayor parte de la gente era judía, y había también una pareja católica que había escuchado una entrevista con Unikel-Fasja en la radio local.
“Estamos fascinados con las historias de otras religiones,” dice Ofelia Hernández, que participó del tour con su marido, José Manuel, y su nieto de 3 años. “Hemos visitado Israel, pero no sabíamos nada acerca de las sinagogas en México.”
Los judíos construyeron sus primeras sinagogas en el Centro Histórico de México DF, pero las abandonaron y construyeron nuevas cuando alcanzaron un capital importante y se mudaron a otras partes de la ciudad. Algunas de las viejas sinagogas permanecen aun en el centro histórico, que aun pertenece a congregaciones judías, pero raramente son utilizadas.
La sinagogal sefaradí en la calle Justo Sierra 83, fue la primer sinagoga de México, construida en 1923.A veces los judíos que trabajan en el centro histórico rezan ahí durante los días de semana, pero está vacía en Shabat.
Bajando por la calle Justo Sierra hay otro sitio abandonado, la primer sinagoga ashkenazi de México, construida en 1941. Allí las baldosas son desparejas, y los viejos bancos de madera crujen cuando alguien se sienta sobre ellos, pero el techo pintado da una idea de la belleza del pasado.
“Es un pedazo de Lituania en México,” dice Unikel-Fasja.
El tour de Unikel-Fasja se enfoca más en la vida judía que en el antisemitismo, pero resulta horrible cuando señala el Zocalo, la plaza principal de México DF, y explica que los judíos eran ejecutados ahí durante la Inquisición. Siglos después, manifestantes antisemitas marcharon ahí, demandando al gobierno que eche a los judíos de México.
Pero México por lo general fue un buen lugar para los judíos, dice Unikel-Fasja. En momento que otros países – entre ellos los Estados Unidos – cerraban sus puertas a la inmigración judía, México le daba la bienvenida.
“México abrió sus puertas a los judíos, les dio libertad para vivir sus vidas,” dice. “Gracias, México.”

 

Nro 347 - Sivan del 5764 / Junio de 2004

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