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El pasado 19 de abril la comunidad conmemoró Iom Hashoá con un acto organizado por la DAIA efectuado en la Sala Martín Coronado del Teatro General San Martín.
La respuesta de los miembros de la comunidad a la convocatoria fue muy buena, pues no sólo se colmó la sala, teniendo muchos que permanecer de pie en los pasillos y puestas de acceso, sino que muchos que llegaron sobre la hora no pudieron ingresar.
Un espectáculo en el que se aunó la participación de actores, bailarines y video, al igual que en los últimos años, fue el método utilizado para recordar lo ocurrido y honrar a los seis millones de judíos asesinados por el nazismo por el solo hecho de ser judíos.
Durante el transcurso de la representación artística se intercalaron los discursos de Yehuda Laufban y Raia Sznajderhaus, sobrevivientes de la Shoá; Efrain Glinski, representante del Consejo Juvenil Sionista; del Dr. Benjamin Oron, Embajador del Estado de Israel en la Argentina y del Dr. Gilbert Lewi, presidente de la DAIA, el que fue leído por el Dr. Jorge Kirszenbuam vicepresidente primero en ejercicio de la presidencia.
En un momento, cuando todavía no se había prendido una de las seis velas que representan simbólicamente a los seis millones de judíos asesinados, un jazan cantó Kel Male Rajamím, leyó un salmo y recitó el Kadish.
Como ya es habitual el discurso del embajador Oron es una pieza oratoria en la cual analiza diversos aspectos del accionar de los judíos durante la Shoá. De sus conceptos transcribimos el referido a la pasividad. Dijo al respecto el embajador Oron: “Quiero referirme, brevemente, a otro aspecto del debate interno: la auto – acusación de pasividad del pueblo judío durante la Shoá. Ningún otro pueblo tuvo el comportamiento de los judíos. Los checos, los húngaros y otros pueblos ocupados glorificaban a movimientos de resistencia que, de manera general, fueron casi inexistentes. Ningún autor soviético se planteó, entre millones de prisioneros de guerra soviéticos que fueron muertos por inanición o torturados y asesinados sobre la inexistencia de importantes rebeliones. La resistencia no armada judía hacia la política nazi, impregnó la vida judía bajo las condiciones más difíciles. En general la resistencia armada en Europa fue marginal, excepto en Yugoslavia y, discutiblemente, en la Unión soviética. De todos modos, la resistencia armada judía estaba relativamente extendida, a pesar de la precariedad de las condiciones en las cuales actuó”
De las palabras del doctor Gilbert Lewi, que dedicó a la memoria de sus padres, sobrevivientes de la Shoá, extractamos los siguientes párrafos:
“Para ser más preciso: la Shoá se produjo en el centro de la civilización europea. Ser culto y ser un atroz genocida no se contradicen. Son parte de lo es capaz el hombre, cuando los valores humanos han sido sepultados en el ejercicio del poder dogmático. Es el único caso, en la historia del hombre, donde los campos de exterminio no eran clandestinos; no lo necesitaban. A 400 metros de Birkenau vivían vecinos; Maidanek estaba instalado en las afueras de Lublim. Los nazis instalaban sus fábricas de muerte, la industrialización del asesinato en masa, con el beneplácito mayoritario de la población no judía que, de inmediato, ocupaban las casas vacías.”
“Todo judío, lo sepa o no, lleva inscripto en su bagaje genético, ghettos, persecuciones, discriminación y la tragedia de la Shoá”.
“En este mundo globalizado por las denominadas dictaduras del mercado, por el hambre, por la creciente pobreza transformadora en lento y seguro genocidio de los unos con los otros. En la culta Europa (...) aparece, recreado en proporciones gigantescas, la lacra del antisemitismo. En Alemania, en Austria, en Italia, en Francia, en España, ha tomado una dimensión peligrosa para el destino humano.
“Nuestro país ingresó en el año 2000 como miembro pleno al Grupo de Trabajo Sobre Cooperación para la Educación, Rememoración e Investigación del Holocausto, integrado por los principales países del mundo. Hoy aquí decimos que pese a nuestros permanente reclamos, la Argentina está en mora. No nos detendremos, no nos desilusionaremos, y seguiremos aportando nuestro trabajo para que la educación de la Shoá, su investigación y su conmemoración en todo ámbito público, sea una realidad y un deber de todos, no sólo de los judíos. Abogamos por la implementación activa de políticas de estado destinadas a estudiar el fenómeno del antisemitismo y la discriminación en nuestro país, y advertimos: la discriminación no es un problema de quien la padece, es una desgracia de la sociedad que la genera. Exigimos que al igual que en otros países, la figura del antisemitismo sea incorporada explícitamente a la legislación penal, como así también la negación del holocausto como un delito”.
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