Pocos recordarán, o les importará recordar, aquellos desfiles nazis, tan meticulosamente escenificados en Alemania, después de la subida de Hitler al poder. Las fotografías de estas escenas a menudo mostraban al Fuhrer parado para saludar dentro de una gigantesca Mercedes-Benz. ¿Le habrá dicho alguien que el auto en el que viajaba, un auto asociado con todos sus valores, fue nombrado con el nombre de la nieta de un rabino húngaro?
No nos referimos a la palabra Benz, que obviamente se la dio el fundador de la empresa que se unió a Daimler en 1926 para formar la poderosa Daimler-Benz. Los autos fabricados por Daimler desde 1901 han sido llamados Mercedes, y vale la pena conocer el motivo.
Karl Benz y Gottlieb Daimler habían comenzado a trabajar, por separado, con autos con motor a petróleo en 1885. No fueron los que idearon el principio como nos quiere hacer creer la propaganda alemán: el primer automóvil con motor de petróleo en la historia fue creado por un químico judío de Viena llamado Siegfried Markus en 1870. Había creado su automóvil por su cuenta; Daimler y Benz fueron apenas los primeros en perseguir el potencial comercial de la idea.
Los autos que, durante el resto del siglo, vendían estas dos empresas (y los franceses que progresaron mucho más rápido una vez que empezaron) eran torpes y muy poco estables. Entonces entró a la escena de Daimler un hombre llamado Emil Jellinek: tenía experiencia en carreras, en negocios, y más que todo, un buen cerebro. Lo heredó de su padre Adolf, nacido en 1820 en Drslawitz (o Drslavice o Uhersky Brod), Hungría, y fue más conocido en la comunidad judía de Leipzig a Viena como rabbi Aaron Jellinek, un gran estudioso, un notable místico y un brillante predicador. Cinco hijos tuvo el rabino antes que Emil naciera en 1853; pero a medida que el joven Emil crecía no demostraba ninguna señal de que quería seguir los pasos del resto de su familia.
Su padre desesperó, ya que ¿qué padre no se preocuparía por corregir los errores de sus hijos? Rabbi Aaron movió los hilos para su hijo Emil, para que pueda trabajar en Marruecos, con el consulado de Austro-Hungría, un trabajo suficientemente respetable.
En Tangier y Tetouan el joven Emil demostró tener gran habilidad para los negocios, floreciendo tan rápido que en dos años pudo casarse con Rachel Gogman Cenrobert, hija de familia sefaradi. Esta fue la influencia que hizo que nombraran a su tercer hija Mercedes. Cuando nació, en 1892, él estaba viviendo en Europa, un hombre adinerado, interesado en nuevas tecnologías como el motor del automóvil. Pronto adquirió una agencia de Daimler, vendiendo autos a personalidades ricas, ya que eran sus amigos por su status diplomático.
En 1900 ocurrió un accidente durante la Semaine de Vitesse en Niza, que había sido recientemente establecida como la semana del deporte automotriz para el entretenimiento de los ricos. Un Daimler había volcado en uno de los eventos principales, matando a su conductor, y Jellinek no tuvo otra alternativa que rehabilitar la reputación de Daimler y también mejorar el auto. Tenía ideas de cómo llevarlo a cabo, se las explicó al diseñador principal de la empresa Wilhelm Maybach, y se los dejó para que lo hagan.
No es este el lugar de recitar las virtudes técnicas de la máquina noble que emergió. Es suficiente que el auto que fue presentado en Niza en enero de 1901 estaba tan distante de todo lo demás que probablemente fue el primer motor moderno para automóviles. Los espectadores y los clientes estaban convencidos, porque funcionó mejor que todo lo demás, era más suave y más fácil de manejar. Su nombre estaba en boca de todos los presentes - pero no era Daimler.
Jellinek había quedado impresionado por la interpretación de Maybach de sus instrucciones, y los respaldó con dinero. Ordenó 36 ejemplares del nuevo auto (vendió el primero al Barón Henry de Rothschild), pero con la condición de que su pedido tenga exclusividad en Austro-Hungría, Bélgica, Francia y los Estados Unidos. Fue más lejos aun, insistiendo que el nombre teutónico del Daimler era la barrera psicológica más grande para la venta en Francia y en algunos otros mercados. Donde los vendería Jellinek se llamaría Mercedes.
Y así fue; y así permaneció hasta que en 1926 se unió a Benz, y hasta el día de hoy aparece en todos los autos lujosos que fabrica esta empresa.
LJK Setright es uno de los periodistas más distinguidos de su país en el rubro del deporte automotriz. Su último libro es - “Siga Manejando! - la historia social del automóvil”. En su edición de lujo las páginas del prefacio comienzan con Beis Hei.
|
|
|