En el número anterior nos referimos a la justica como uno de los pilares de la vida humana y de la convivencia. Para el funcionamiento de una justicia efectiva se requiere leyes justas y jueces honestos.
Leyes justas, precisas e irreformables:
Desde los orígenes del mundo el Creador dictó al primer hombre “leyes”que se fueron transmitiendo de generación en generación, basadas en el “libre albedrío”, la libertad del hombre de cumplirlas o trasgredirlas, correspondidas con la recompensa y castigo”.
Las primeras diez generaciones fueron denigrándose con paganismo, corrupción sexual y robo, llegando a los tiempos de “Noe”, donde se produce el diluvio y el exterminio de la humanidad, con excepción de una familia de virtuosos, Noe, sus tres hijos y las esposas de ellos salvados en el arca junto a parejas de las especies animales, hecho ocurrido en el año 1656 desde la creación.
Noe y sus hijos reciben del Creador otras leyes que se suman a las ya conocidas, fundando el hijo “Shem”una Yeshiva, donde se estudiaba y transmitía la legislación Divina, única y perfecta, sumándose a Shem, Eber, unos doscientos años mas tarde, constituyendo la famosa Yeshiva de Shem y Eber, donde se nutrieron nuestros patriarcas.
A partir de Noe y sus hijos la humanidad fue creciendo y poblando la tierra, volviendo a las trasgresiones e injusticia, produciéndose la destrucción de “Sedom”, cinco ciudades, casi 400 años después del diluvio, en los tiempos de nuestro patriarca Abraham.
Abraham dedicó su vida a difundir la existencia de un Creador Todopoderoso y sus leyes a todo quien estuviera a su alcance y en particular a sus hijos, su hijo Itzjak continuó en el camino de su padre, engendrando a Yacob, y este a los doce hijos que luego bajaron a Egipto, formando una gran Nación en permanente contacto con el Creador, quien eligió a este pueblo como suyo, por sus cualidades y su fidelidad al pacto, entregando a través de Israel la “Torah” ley, para toda la humanidad.
La “Torah” es la constitución y los códigos legales para toda la humanidad y la nación Israelita es su depositaria y conocedora, debiendo ser ejemplo vivo de ella y trasmitirla a toda la humanidad, por no cumplir con esta obligación nuestra nación padeció y padece todas las calamidades que soportamos continuamente hasta nuestros días.
Solo en la Torah se encuentra la legislación completa y perfecta para administrar justicia verdadera, una ley eterna que nos dio quien creó todo lo existente, ley irreformable, a la que no se puede agregar ni quitar de sus disposiciones, que tienden a lograr una convivencia humana en paz, felicidad y abundancia.
Exhortamos a los políticos, legisladores, jueces y a todo ser humano honesto y preocupado por al actual corrupción generalizada a acercarse al conocimiento de la Torah, no en traducciones equivocadas o reformadas de acuerdo al interés de religiones equivocadas, sino al original del Creador, que es mantenido, trascripto y controlado de generación en generación por los sabios de Israel, tal cual el original escrito por Moises, dictado por el Creador.
Hay en Buenos Aires institutos rabinitos dedicados al estudio y enseñanza de la Torah, fieles al original, en crecimiento constante, que atrae a cantidad de jóvenes en búsqueda de su identidad, de la verdad y de la justicia.
Quienes deseen información pueden dirigirse a nuestra redacción, todo es gratuito.
Debido al desconocimiento de esta legislación verdadera y justa, los hombres fueron elaborando leyes y códigos desde los tiempos mas remotos y reformando las mismas al antojo e interés de sus creadores, por el hecho de ser de origen humano son precarias, aun en los casos bien intencionados, y al poco tiempo de su promulgación pierden vigencia y necesitan reformarse para adaptarse a la nueva ética y moral que los hombres establecen en cada país, llegando a constituir verdaderas fabricas de leyes con cámaras de diputados y senadores que elaboran miles de leyes al año, no haciendo mas que complicar y dificultar la administración de justicia.
La Torah, ley divina, eterna e irreformable solo requiere ser conocida y aplicada.
Jueces capaces y honestos:
Disponiendo de una legislación que contiene todas las disposiciones del derecho civil, comercial, penal y procesal, claro y preciso solo son necesarios quienes la apliquen.
Para aplicar justicia se requieren jueces y policía, que hagan cumplir las resoluciones judiciales, si es necesario por la fuerza, la aplicación de justicia no solo es punitiva, sino fundamentalmente preventiva.
Se establecen jueces y tribunales de varios niveles para un funcionamiento judicial perfecto sin lugar a errores. Mediante su actuación se asegura fuertemente el respeto a la ley y una convivencia armónica para todos los conflictos de intereses o conducta errónea. El establecimiento de jueces y policías es fundamentalmente para hacer retornar al camino correcto a quienes se apartan de el, las personas se conducen de acuerdo a las costumbres, cuando las costumbres son buenas, la conducta es buena, correcta y agradable, cuando se aparta de la ley la decadencia moral se acentúa, y si no hay autoridad para corregirla, como pasa en nuestros tiempos, la corrupción se generaliza y asistimos a un mundo perverso, inmoral y destructivo.
Las cualidades exigidas a los jueces son:
· Inteligencia
· Humildad
· Temerosos
· Odio al dinero
· Amor a la verdad
· Amor al prójimo
· Buen nombre
A la vez son exigidas estas cualidades a las autoridades que conducen a los pueblos, debiendo procurar enseñar buenas cualidades, ética y moral en el camino de la verdad y procurar una convivencia armónica y pacifica entre la población, dejar de lado intereses particulares y solo pensar en el bien del pueblo.
Esta conducta exigida a jueces, policía y dirigentes es íntegra en la vida publica y privada, la moral personal no es divisible y las autoridades deben ser ejemplo positivo y recto, o son ejemplo de perversión, permisionismo y trasgresión, como ocurre en la actualidad en todos los niveles.
Reiteramos nuestra exhortación al retorno a las fuentes y a una convivencia armónica y en paz.
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