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Como sucede todos los años, el presidente Bush invitó a un grupo selecto de líderes judíos a la Casa Blanca para discutir temas referentes a la comunidad judía. Después, el presidente y la primera dama realizaron una especial fiesta de Januca.
Malcolm Hoenlein, vice presidente ejecutivo de la Conferencia de Presidentes de las Organizaciones Judías Norteamericanas describió la reunión con Bush como «extremadamente positiva y productiva.»
Según Hoenlein, los líderes se fueron de la Casa Blanca con la sensación de que Bush comprende completamente lo que Israel está enfrentando.
«El presidente,» dijo, «habló sobre el lugar dónde está parado, de su visión clara y su compromiso con sostener su postura. Realmente comprende.»
Los temas discutidos en la reunión, dijo Hoenlein, y otros participantes, cubrió desde el terrorismo global hasta el crecimiento del antisemitismo en el mundo. El presidente también habló del líder libio, Moammar Khaddafii y de su decisión de desarmar el sistema de armamentos ilegales que tiene.
El presidente dijo que comprende la frustración de los israelíes que sienten que no tienen con quien hablar en términos de negociaciones; reiteró su creencia de que Arafat no está interesado en la paz; declaró que tenía el deseo de utilizar presión política para lanzar las conversaciones de paz si Arafat permanecía en el poder.
Después de la reunión, el presidente Bush dedicó el encendido de la Menorah a todos los hombres y mujeres norteamericanos que están sirviendo al país lejos de sus seres queridos.
«Januca celebra un gran milagro y una gran victoria, un triunfo de la fe sobre la tiranía,» dijo Bush. «Esta noche, mientras nos preparamos para encender las velas, esperamos y rezamos que todos aquellos que viven bajo la tiranía vean su día de libertad, y que la luz de la fe siempre brille por sobre la oscuridad.»
«También rezamos por los hombres y mujeres valientes de nuestras fuerzas armadas, que muchos de ellos pasaron las fiestas lejos de casa y de sus seres queridos. Estamos agradecidos por su servicio por los Estados Unidos, estamos agradecidos por el apoyo y el sacrifico de sus familias.»
Después de encender la vela del shamash, el presidente pasó la llama a dos niños de seis años, Jacob Murphy y Sidney Hallem, cuyos padres son soldados Marines. Los chicos encendieron la Menorah de 200 años de antigüedad que fue prestada a la Casa Blanca por el Museo Spertus de Chicago.
El grupo coral Kol Sasson de la Universidad de Maryland cantó Maoz Tzur.
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