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En Torah Umesorah Latinoamérica sus alumnos, al comenzar a estudiar las normas que rigen la forma de vida judía, aprenden a rezar las tefilot de acuerdo a como lo vienen haciendo los judíos a lo largo de los siglos.
Es así que ponerse los Tefilin cada mañana se convierte para ellos, con el paso de los días de estudio, en algo habitual y cada uno desea tener los suyos y es la Institución quien normalmente colabora con sus alumnos para que consigan tener su propio par de Tefilim.
Pero este año ocurrió un caso sumamente llamativo, Ieshoua trajo de su casa, en la provincia de Chaco, un par de Tefilin muy antiguos, que el sofer que los revisó encontró casher.
De acuerdo al relato de su madre, la señora Norma, su hijo cuando aprendió a rezar en Torah Umesorah le comentó que le gustaría tener su propio par, pero que debía esperar hasta que las autoridades del Instituto le consiguieran uno. A partir de ese comentario ella recordó que su abuelo tenía un par de Tefilin que al fallecer quedaron en poder de algún miembro de la familia que no los usaba.
La historia es muy interesante pues Tzion ben Menajem (Guillermo) Weil z´l, abuelo de la señora Norma, los trajo de Alemania en 1936, cuando pudo escapar del nazismo ya que su familia radicada en los Estado Unidos, previendo lo que ocurriría años después, lo convenció de la necesidad de emigrar.
Don Tzion ben Menajen z´l vivía en Haiguerloff, en donde su familia estaba radicada desde hacía 600 años, ya que se habían radicado huyendo de la Inquisición española.
La señora Norma, que se crió con ellos y los amaba dé tal manera que los llamaba “mame” y “pape”, nos contó que “Si bien los padres de mis abuelos respetaban cashrut, ellos no y al llegar a la Argentina se radicaron en General Roca, Provincia de Río Negro y aunque se consideraban judíos lo único que les quedo del judaísmo era amasar cada viernes la jala, una tradición que cumplía sin saber muy bien por que. Don Tzion ben Menajen z’l se traslado a Buenos Aires, donde residió muchos años para luego irse a vivir al hogar de la Filantrópica Israelita en la localidad de San Miguel, donde según afirmaba se había reencontrado con el Creador y ayudaba con dedicación en el Beit Hakenest del lugar”.
Es decir que estos Tefilinque hoy usa Ieoshua, su bisnieto, con innegable orgullo, son parte de la historia de vida de una familia que por diversas circunstancias se alejó del cumplimiento de las mitzvot pero que mantuvo su alma judía dormida, esa que volvió a despertar primero cuando don Tzion ben Menajen z’l se reencontró con D´s y luego ahora que su bisnieto los utiliza pese a que los hijos y nietos no lo hacían..
Ieoshua, según palabras de la madre, se los pone cada mañana por qué “ha aprendido para que y porque se usan los Tefilim” estudiando en Torah Umesorah Latinoamérica.
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