Alrededor de mil judíos rezan en Estambul, Turquía, pertenecientes a la Comunidad Judía local, participando en las oraciones del viernes al anochecer y el sábado a la mañana, en 10 locales provisorios preparados por la Comunidad.
Las autoridades turcas de seguridad confirmaron a los dirigentes comunitarios que sus feligreses podrían rezar en sus sinagogas sin temor alguno a ataques.
A pesar de esto, ya desde el jueves posterior a los recientes ataques, voluntarios judíos hicieron una ronda de llamados telefónicos a miembros de las distintas agrupaciones religiosas y les informaron acerca de la realización de minianim provisorios cercanos a cada templo.
Cada judío fue invitado a telefonear a sus conocidos, pero sin dar a conocer abiertamente el lugar de los rezos.
Los titulares de la Comunidad informaron que la Policía cooperó fuertemente con ello y que vigilaron fuertemente los lugares reservados de agrupamiento para la actividad religiosa.
Asistieron a los servicios religiosos gran cantidad de judíos, mas que los usualmente concurrentes, puesto que muchos consideraron como una obligación moral hacerlo ante las nuevas circunstancias.
La dirigencia comunitaria de Estambul busca ahora un lugar donde reconstruir las dos sinagogas atacadas . Las autoridades municipales consideran que en los mismos terrenos céntricos donde se hallaban ambos recintos sagrados, no se podrá volver a construir otros templos, por ser un lugar fácilmente atacable.
Ambas casa de oración habían sido construido hace centurias en calles céntricas y angostas, hoy mayormente peatonales, concurridas por multitudes.
La Comunidad busca ahora terrenos amplios y abiertos, donde se puedan construir edificios que admitan vigilancia y seguridad en sus alrededores, lejanos de la edificación.
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